viernes, 10 de febrero de 2023

Historia y cultura. Casablanca

 Fuente: NO SOLO CINE Y SOLO CLÁSICO

Pilar Díaz Rodríguez  

Día de cine, “Casablanca”, 1942, de Michael Curtiz. Una tiene que acercarse a esta peli como si entrara a una inmenso templo, porque la de hoy es una de las grandes joyas inmortales del celuloide, tan perfecta como las alambicadas vidrieras de una catedral, y dirigida por un artesano húngaro, de nombre impronunciable (Mihaly Kertsez), nacionalizado estadounidense en los años veinte, especialista en películas de aventuras, todas con Errol Flynn, y de famosos y explosivos ataques de ira en una jerga ingléshúngaro de la que nadie necesitaba traducción para entender lo que decía. Considerado el mejor artesano de la Warner Bross, Curtiz dejó para la historia del cine pelis como “Robin de los bosques”, “Capitán Blood”, “La carga de la brigada ligera” y otras; pero yo me quedaré siempre, aparte de la peli de hoy, con “ El barrio contra mí” (King Creole), la mejor interpretación de Elvis Presley.

Todas las pelis son hijas de su tiempo, y “Casablanca” no podía ser distinta; la peli está rodada en los días previos al desembarco aliado en las playas de esta ciudad de Marruecos y de la histórica Conferencia de Casablanca entre Roosevelt, Churchill, De Gaulle y Giraud, impregnándola de un sentimiento de cruzada contra el fascismo, pero también  de sacrificio por la libertad y la justicia, de melancolía y desamor; todo ello envuelto en unos encuadres cortos, a veces tenebrosos que dibujan los rictus de los actores, en los que no se percibe en ningún momento el encorsetamiento del plató. A ello hay que añadirle el reparto, Bogart y Bergman, que quedaron  consagrados con el status de “vacas sagradas” del olimpo del cine, y que le permitió a Bogart ser uno de los pocos actores que se manifestaron contra la “caza de brujas” del “comité del cine” en los años cincuenta. Para el director gruñón Curtiz supuso dos oscars, a la mejor peli y al mejor director....y entrar en la historia.

A consecuencia de la IIGM, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gente de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo, que presionaba a las autoridades francesas al mando del corrupto inspector Renault (Claude Rains). En este caso, el objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo (Paul Henreid), cuya única esperanza es Rick Blaine (Hamphrey Bogart), propietario del 'Rick’s Café' y antiguo amante de su mujer, Ilsa Lund (Ingrid Bergman). Rick e Ilsa se habían conocido en París, pero la entrada de las tropas alemanas en la capital francesa les separó.

Cuentan los cotilleos de la época que el rodaje fue un infierno, caótico, con un guión que se cambiaba todos los días, rehaciéndose todas las escenas hasta el punto de que Bergman continuamente preguntaba al director de quién estaba enamorada su personaje, de Victor o de Rick y el director en su lenguaje infernal nunca se los aclara; aparte de la afrenta que suponía para Bogart rodar con una actriz diez centímetros más alta que él, utilizándose en las escenas de la pareja un altillo para el actor. El caso es que nadie en el plató entendía la historia, todo eran secuencias sin sentido, sin relación unas y otras..hasta que Curtiz y el técnico unieron los trozos inconexos y dieron sentido al caos, creando una maravilla. Pero, qué hace especial a ésta peli? Romanticismo, patriotismo, acción, humor, suspense, ayudará Rick a Laszlo, pese a la aparente traición de Ilsa?, pero, sobre todo, unos diálogos memorables que hicieron de Bogart un héroe bajo la capa de cinismo, dejando frases para la eternidad

-Te veré esta noche, Rick?

-Nunca hago planes con tanta antelación

o

-Nacionalidad

-Borracho

La escena de hoy es mi preferida en una peli llena de escenas sublimes y que ha tenido diversos doblajes, incluso en un primer visionado fue eliminada por la censura franquista al luchar nuestro héroe con las Brigadas Internacionales. Laszlo pide ayuda a Rick  para huir de Casablanca mientras los nazis están armando bronca en el local, sometiendo a todo el mundo con sus canciones, bravuconadas y su actuación violenta. Baja Laszlo como una exhalación y pide a la orquesta que toque “La Marsellesa” y todo el mundo responde a la consigna de “libertad, igualdad y fraternidad”, silenciando a los nazis. Ahí está parte de la inmortalidad y grandeza de la peli, porque nos recuerda un motivo por el que siempre se ha de luchar, por encima de las amarguras y los peligros; Laszlo lo sabía, el capitán Renault lo sabía y Rick siempre lo supo.

Disfruten la escena y la película... y piensen

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