¿Los jóvenes de ahora son irrespetuosos? Y si lo son ¿Quién tiene la culpa? El cartel que corre por las redes y que he puesto como icono, les echa la culpa a los padres, pero muchos padres le echan la culpa a la escuela, también a la calle y, sobre todo, le echan la culpa a las “redes sociales” que se han convertido en las culpables de todos los males que acontecen a la juventud, o a los males que se les supone que tiene la juventud, que parece, la juventud, poseída por el demonio.
No es nuevo, cuando yo
era joven, por allá por los años 1960-70, ya se nos acusaban, por gran parte de
las generaciones anteriores, de todas las maldades habidas y por haber.
Entonces no era el móvil ni las redes sociales, eran la televisión, la música sicodelica
y el rocanrol e, incluso, algo que ahora tanto se aprecia como la lectura o la
permisividad sexual que tampoco era tanta, aunque alguna gente de mi
generación, sobre todo masculina, que estaba tan reprimida como la estuvieron
sus padres y supongo que la de los jóvenes actuales, vayan por ahí fardando de
lo que fueron (el tio fue). La adolescencia es una época en donde las hormonas y la sexualidad
están exaltadas al máximo y nadie se libra de estar reprimido, a pesar de que en
la actualidad ni la familia, ni el estado autoritario como el que había antes,
ni la iglesia, ni la escuela, ni los padres tengan ya autoridad represora como
la que sufríamos las generaciones anteriores.
Fiscal de Menores de Teruel: «Los jóvenes son cada vez más frágiles y
carecen de herramientas para gestionar los fracasos»
ENTREVISTA. Benito Soriano alerta sobre razones sociológicas y
culturales que están impidiendo que los jóvenes tengan herramientas para
defenderse cuando sean adultos. Denuncia el exceso de sobreprotección y el uso
de teléfonos móviles a edades excesivamente tempranas
Leer la entrevista en "LA COMARCA"....
El problema es que en
el mundo moderno y contemporáneo cada generación aparece muy innovadora;
incapaces eran nuestros abuelos de comprender totalmente a sus hijos e hijas y
estos incapaces de comprender totalmente a mi generación, y nosotros incapaces
de entender totalmente a las generaciones que nos preceden. Me imagino que a
ellos les pasará lo mismo. Es ley de vida. Lo contrario sería un estancamiento
en la evolución de la sociedad como en la Edad de Piedra donde las costumbres y
los valores sociales prevalecían durante docenas o cientos de generaciones.
En sociedades poco
desarrolladas la familia era o es, la portadora de los valores y costumbres;
luego fue la escuela la que favoreció el paso de una sociedad subdesarrollada a
una ilustrada como está pasando todavía en los países del Tercer Mundo. En los
desarrollados la escuela ha perdido también esa capacidad de influir en la
juventud. Estamos (estáis, yo no he tenido hijos) apesadumbrados; los padres
desbordados sin comprender que pasa y los educadores lo mismo.
Aparece la figura del
“Defensor del Menor” y el Fiscal del Menor”, es decir especialistas de las
instituciones porque ni los padres ni los educadores tienen capacidad ya para
educar o mandar; no es que no quieran, es que no saben ni pueden.
Tranquilos, no pasa
nada. Nosotros nos moriremos y los jóvenes que tengan la suerte de sobrevivir,
que ojalá sean la mayoría, se espabilarán; para eso, para sobrevivir, y si no
mal les irá. Nosotros ya no estaremos aquí para ayudarles y, sobre todo, para
criticarlos. Tratemos de vivir lo mejor que podamos que nosotros estábamos peor
que están ellos. Nuestra generación tuvimos que aguantar a nuestros padres y
abuelos y esta joven nos aguanta mucho mientras seamos jóvenes porque somos unos benditos, pero no nos van a aguantar cuando seamos viejos.
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