Artículo. La aprobación de la reforma laboral en el parlamento.

 A este tampoco le dejaron entrar a votar; hasta que se quite las rastras.

La demostración más palpable de que nuestro parlamento es diverso y plural, lo demuestra el debate y votación de la Reforma laboral. Un partido de centroizquierda (el PSOE), y una coalición de izquierdas (Unidas Podemos), +Madrid, Podem de Cataluña y Compromis, con el apoyo de un partido de centro derecha (Ciudadanos), dos partidos canarios, uno cántabro y otro turolense, todos de centro (no se si me dejo alguno), votan a favor.

Por otro lado, un partido de extrema derecha, VOX; uno de derecha PP; otro más de derecha, Foro Asturias; otro también de derechas, PNV; uno de izquierdas, ERC; otro más de muy de Izquierda, BILDU; otro más de izquierda, Bloque Gallego, votan en contra.

Se queda compuesto y sin novia uno de derechas; los requetés de Unión del Pueblo Navarro, que sus jefes querían votar a favor de la nueva reforma, pero sus dos parlamentarios se han equivocado y han votado en contra. Tambien se equivocó un parlamentario del PP, que estaba en casa con diarrea y se equivocó al pulsar los botones; lo mismo que yo, que quería sacar 20 euros de un cajero de mi banco y saqué 2000. Menos mal que me quedó dinero en la cuenta para las domiciliaciones, pero al diputado del PP, no le quedaba dinero en su cuenta y se ha quedado que no sé cómo se habrá quedado. Los de UPN dicen que han obrado en conciencia, pero en su partido no se lo van a perdonar. A lo mejor porque tienen otra conciencia.

Si no sale la reforma, no se quien se habría asustado más, si el equipo de gobierno o los de la oposición, porque salvo VOX, que es hoy (con las CUP), los únicos partidos antisistema y les importa igual un roto que un descosido, los demás jugaban todos de "farol". Los unos a aprobar una reformilla que mejore algo la brutal y antisocial reforma del gobierno de Rajoy sin molestar a la cúspide empresarial ni a Europa que ya dijo que “o todos juntos o no habrá peras en el peral”

Los del PP, porque juegan a la contra no se sabe muy bien porque (porque, vuelvo a decir, la reforma aprobada no es revolucionaria, si fuera así no le habían dado el visto bueno la patronal, la Unión Europea y Ciudadanos, partido, este último, que ha sido presionado por sectores del IBEX si es quiere que le conmuten la terrible deuda que tiene). Los varones del PP ya están haciendo números sobre cómo se reparten el dinero en sus comunidades que viene o vendrá de Europa. Los del PSOE también, y el PNV, y ERC. Pues todos saben que los fondos europeos habría que renegociarlos y se tardaría un año o dos en que pudieran ser efectivos cuando son tan urgentes para paliar la crisis producida por la pandemia.

Por cierto; parte de estos fondos también irán a parar a los partidos, grandes o pequeños del parlamento, hayan votado a favor o en contra de la reforma. Pero si no sale, vaya “merde” para todos. VOX, tampoco renunciará a su parte “que la policía no es tonta”. Y los independentistas tampoco, porque “la pela es la pela”.

Así es la democracia, el peor sistema de gobierno a excepción de todos los demás; como decía el cínico Winston Churchill.

Por cierto, yo no comparto lo que tanto se dice, de que el parlamento español ahora está lleno de mediocres que se insultan y agreden. Siempre ha sido así; lo es ahora y lo ha sido siempre. Lo único que cambia es el lenguaje; miren el parlamento español de los años 1930 y verán un lenguaje agresivo y más guerra civilista que el de ahora, o miren el parlamento americano de hoy y de siempre, o el italiano, el británico o el japones, que a veces la emprenden a tortazos. Eso sí, como decía Felipe González, sin acritud. Ahora se utiliza un lenguaje o jerga barrio bajera, mal sonante, sobre todo el de algunas derechas (los del PNV no, son de los mejores parlamentarios, se nota que han estudiado con los jesuitas) pero algunos parece que no han ido a escuela de pago aunque proceden de la aristocracia; farfullan, son zafios (se puede insultar con elegancia) y, por supuesto, no han hecho un cursillo para hablar en público y pronunciar bien las vocales y consonantes que es lo que tenía que hacer todo parlamentario. Hay excepciones; siempre las ha habido y las habrá. Tampoco hay que darle muchas más vueltas, son nuestros representantes.