El posible nuevo gobierno (Son todos municipales) |
Vamos a votar otra vez, pero no sé qué programa van a presentar los
partidos que no sea el insultarse unos a otros. Quedan asuntos pendientes en
materia laboral y no hay tiempo que perder. El salario mínimo, la reforma
laboral o el pacto de Toledo son temas para tener muy en cuenta en el corto y
medio plazo, pero mientras tanto, la inestabilidad política no permite
demasiados avances.
Todos los indicadores muestran empeoramiento de la economía.
Así que volvemos a las elecciones. Han pasado más de 141 días y no creo
que se hayan dedicado más de cuarenta horas a una negociación en serio. Una falta
grande de responsabilidad que han tenido los partidos a la hora de asumir el
reto que tenían, que era la conformación de un Gobierno, de una mayoría y de un
programa. Son responsabilidades compartidas que encabeza quien aspiraba a la
investidura, que era quien más votos tenía. Pero más allá de las
responsabilidades, nos deja en una situación muy preocupante, con una
desaceleración económica que va a ser recesión en algunos países de la UE, con
la sentencia del procés que va a contaminar la vida política, pero también con
unos presupuestos prorrogados. Es una irresponsabilidad que no se haya formado
un Gobierno.
Hay una incapacidad en los políticos; una falta de cultura de lo que es
la negociación política, la necesidad de ceder. Hay excesivo tacticismo, de
manera que parece que no se está tanto por hacer un acuerdo y sí de hacer
golpes de efecto para que la otra parte se quede en una posición insostenible y
tenga que asumir mis tesis. Las responsabilidades son compartidas lo que ocurre
que quien tenía que buscar la investidura era Pedro Sánchez y él incurre en una
enorme irresponsabilidad. Es verdad que de las posiciones de partida se llega
incluso a una posibilidad del Gobierno de coalición que Unidas Podemos rechaza,
en uno de los grandes errores de la negociación. Pero no es de recibo que en
141 días no se haya dedicado nada de tiempo a negociar de verdad. Eso
correspondía sobre todo a Pedro Sánchez y al PSOE.
El caso es que más allá de quien tenga más o menos responsabilidades,
quien no las tiene es la ciudadanía, que ya votó el 28 de abril. Eligió una
mayoría por un Gobierno progresista, que debía tener una agenda de reformas por
la inclusión social que se han quedado en agua de borrajas. Sánchez consiguió
gobernar gracias a Unidas Podemos, principalmente, que le apoyó en la moción de
censura; estaba muy contento, pero parece que ahora no puede conciliar el sueño
por eso. En todo caso, una gran falta de eficacia en su estrategia.
Esto puede desembocar en una mayor abstención que yo creo que no
beneficia a nadie y no beneficia a quien más necesita de la política: la
mayoría social, que son las clases populares. La gente corriente es,
seguramente, quien más se esté cansando de los políticos. Volveremos a llamar a
la participación electoral, pero es muy frustrante esta oportunidad
desaprovechada.
Se sigue creando empleo muy precario, y esto tiene que ver con la guerra
comercial entre China y EE. UU. y las incertidumbres asociadas al brexit. Esto
está haciendo que se contraiga el comercio en el mundo, y afecta de manera muy
importante a Europa y particularmente a Alemania. Ahora la incógnita es qué
políticas se van a hacer para atemperar ese enfriamiento. No sirve con
políticas monetarias como se ha hecho en los últimos años, esto tiene que continuar,
pero no es suficiente. Hay que hacer políticas de redistribución de la renta,
políticas fiscales y de presupuestos más expansivos. España está teniendo un
mejor comportamiento que los países de nuestro entorno, precisamente porque
estamos cambiando la tendencia de la devaluación salarial de una forma muy
importante con la subida del SMI. Nuestro país todavía no está sufriendo un
riesgo de recesión.
La subida del SMI ha favorecido la creación de empleo en los sectores y
en los colectivos que tienen salarios más bajos pues la evolución del empleo en
el primer trimestre de este año es exactamente la misma que en el primer
trimestre del año pasado, cuando todavía no se había subido. Es decir, no se
está produciendo una destrucción de empleo en esos salarios más afectados por
la subida del SMI y por contra el incremento de los salarios más bajos, que son
todos a consumo (cubren necesidades básicas), genera un aumento de ese consumo
y por tanto genera también empleo. Ha tenido un efecto positivo. En estos
meses, Sánchez no se ha atrevido a tocar la reforma laboral, y la reforma de pensiones
de 2013 conlleva que las pensiones no se revaloricen con la evolución del IPC y
además conlleva que en el próximo medio siglo las pensiones en España caerían
casi a la mitad. Por tanto, hay que derogar esa reforma, pero teniendo una
perspectiva más estratégica. Hay que abordar muchas medidas sobre la estructura
de ingresos de la Seguridad Social. Ese déficit tiene que ver, entre otras
cosas, con que soporta bastantes gastos ahora mismo que no le corresponden y
que deberían derivarse a los Presupuestos Generales del Estado.
Soy pesimista que el próximo gobierno, gobierne quien gobierne, que será
en coalición inevitablemente, sepa abordar todo esto con eficacia. A lo mejor habrá
que ir a nuevas elecciones. (es broma.)
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