Comenzó siendo la “operación Madeja”, que llevaba la juez Alaya, y ha
derivado en “operación Enredadera”. La Guardia Civil ha detenido a 32 personas
por pertenecer presuntamente a una trama de corrupción que comenzó en parte de
Andalucía pero que se extiende a varias Comunidades y muchos municipios.
Anoche los agentes se incautaron de abundante documentación, de entre
otros, el del ayuntamiento de La Carolina, en Jaén, donde además se llevaron
detenido a un concejal. Empresarios técnicos y funcionarios estarían cobrando
comisiones por la adjudicación de contratos públicos a una empresa de
jardinería. Tambien ha llegado a Aragón y a muchas otras comunidades autónomas.
Me gusta el nombre que le ha puesto a la operación la Unidad de Delitos
Económicos y fiscales, se llama igual que una bonita tonada de estilo neta o fematera
aragonesa: Quisiá ser la enredadera/ que sube hasta tu ventana/ y hacete cuando te asomes/ cosquillicas
en la cara.
Se dice, a veces no con demasiada rigurosidad, que todos los políticos
son corruptos y eso no es verdad; lo son muchos, demasiados, pero se obvia y se
deja en segundo lugar a la caterva de empresarios, grandes o de baja estopa,
que corrompen y sin cuya intervención sería imposible la corrupción de la
llamada clase política; pero está también la burocracia del Estado; la alta
burocracia. También los cuadros medios de esta burocracia; de la policía, del ejército,
de las administraciones públicas, de la judicatura, etc.
No digo que sean corruptos todos; lo que, si digo, que en la cúspide y
sectores medios de la burocracia del Estado hay la misma corrupción que en la
política, y en esta, la misma que en la clase empresarial. Las tres se
necesitan y relacionan; una no puede existir sin las otras dos.
Es bueno el ver que desde el aparato de Estado se está descubriendo la
corrupción de la alta política, de la economía empresarial y de la burocracia
del Estado, pero son tantos que ya no creemos que haya sanos y decentes. ¿de dónde
salen entonces estos fiscales y alguaciles de la UDEF? ¿Es que todavía quedan funcionarios honestos?
¡La duda (ser o no ser), esa es la cuestión!
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