La estación de Huerta, símbolo de la decadencia de iden |
El sábado, día
1 de julio, había convocada en Samper junta extraordinaria del Sindicato de
Riegos, con un solo punto en el orden del día: renovación de cargos en la Junta
Directiva. El salón estaba abarrotado; quizá como nunca lo estuvo en los
últimos años, pues como dijo su presidente saliente cuando le cuestionaban que
no se habían homologado los estatutos a la normativa actual “es que no venía
nadie a las juntas generales”, pero “se aprobó la homologación” (al parecer
nadie más se enteró), Tampoco quedó claro si consta en acta esa u otras
decisiones. Al principio la junta fue un tanto anárquica, y los que solo
estábamos de espectadores nos daba la impresión de que no había dirección de la
asamblea.
A la antigua
junta anterior, incompleta, se habían añadido en junta general anterior cuatro
o cinco personas más de forma voluntaria, completando los ocho o nueve que
debería constar dicha junta (perdonar que no terminé de enterarme de su número,
del anterior y del actual). No se despejo la duda de si esa incorporación
voluntaria se realizó de acuerdo al reglamento como reclamaba parte del público,
que me imagino no estuvieron en la anterior junta general donde se tomó esta
decisión. Yo supongo que no fue muy formal (esa decisión), aunque no me conozco
el reglamento; pero si hubo consenso y nadie impugnó la decisión, considero que
es válida.
El
presidente informó que la Junta directiva estaba bloqueada por empate, que no
era capaz de tomar decisiones y que había que elegir otra. Aquí se formó un guirigay,
pues media Junta Directiva no estaba por la dimisión y consideraba que la otra
mitad, con el presidente, no podía tomar la decisión de obligar a la dimisión.
A partir de
ahí se dieron muchas intervenciones en un ambiente sereno, no cordial, pero si
contenido. Parte de la Junta Directiva, incluyendo el presidente, dimitió y
para completar la junta se rogó que se presentara gente; solo lo hicieron
dos que se añadieron a los cuatro que no habían dimitido. Votados por
aclamación, que ante la falta de confrontación entre candidatos consideró que
es legal (aunque vuelvo a señalar mi ignorancia del reglamento y de las normas
legales en esta materia).
Si que me
sorprendió la elección de un “Presidente de Comunidad” incompatible con la
pertenencia a la Junta Directiva. Ignoro cuáles son sus competencias, pero
seguro que las tendrá. La nueva Junta Directiva renovada y después de
abandonarla la mitad de sus componentes, incluido el presidente y el elegido
“Presidente de Comunidad” (que no puede pertenecer a la Junta Directiva a la que pertenecía),
deberá elegir nuevo presidente, y supongo que vicepresidente y secretario o
secretaria.
De las
cuestiones internas que han llevado a esta situación de impase o bloqueo, ni me
corresponde opinar ni quiero (la verdad es que tampoco podría tomar posición),
soy contribuyente urbano, pero no pago Alfarda y solo tengo dos macetas en
casa. Deseo eso si, que pueda resolverse lo mejor posible y con el mayor
contento, el tema de la concentración. La agricultura y la ganadería es la
única actividad que queda en este pueblo. Ya lo dije en un artículo anterior;
si esto no tira para adelante, Samper de Calanda, como pueblo, no tiene futuro.
Será solo una residencia de ancianos (si hay un mínimo de servicios) y de cuatro que vengan los fines de semana, la Semana Santa y el mes de
agosto.
Para
terminar un apunte seguramente fruto de mi ignorancia y desconocimiento del
tema: me ha sorprendido mucho que la mayoría de la gente joven o relativamente
joven, que vive de la agricultura y ganadería, y que es la que tiene futuro en
esta actividad económica, parecería que está tan desorientada y desinteresada
de las diversas alternativas como lo estoy yo. Apenas nadie de estos o estas se
han involucrado decididamente en incorporarse a la dirección del Sindicato de
Riegos. Sus motivos tendrán, pero lo veo extraño; si yo fuera un profesional de
la tierra, mi implicaría a tope. Pero como dice el dicho: “Consejos vendo y
para mí no tengo”.
En la economía productiva de Samper no hay ningún colectivo que merezca ese nombre, en agricultura sólo hay individualidades y cada vez menos; fuera de la agricultura solo hay "burbujas" con poca o ninguna relación entre si.
ResponderEliminarLa Huerta de Samper (sin la que el Samper que es y ha sido no hubiera llegado a existir) es un problema comunitario, por algo es una Comunidad de Regantes. Y los problemas comunitarios no se solucionan con individualidades sino con decisiones tomadas, asumidas y apoyadas por una mayoría.
Después de años de degradación y abandono de La Huerta, después de años en los que muy pocos se preocupaban de la reuniones de la Comunidad de Regantes y del Sindicato de Riegos, muchos se han puesto de acuerdo en algo... lástima que el acuerdo consista en decir ¡No! a un proyecto de modernización de la Huerta.
Algunos alaba mucho la iniciativa privada, pero para mejorar sus propiedades... que sea el dinero público.