Un libro, presentado por su autor en el salón de actos del Ayuntamiento de la Villa y glosado por Rafael Jariod Franco.
Los cielos de Samper
escucharon, allá por el 36, los primeros llantos de un niño chico.
Le pusieron por nombre Miguel, hijo de Miguel, padre de Miguel Angel
y Esmeralda. Fue vecino del Barrio de San José, esposo de Fina y,
durante cuarenta y ocho años, hombre Heraldo. También fue, durante
cinco lustros, presidente de la Ruta del Tambor y el Bombo, donde
antes ocupó el cargo de Vocal. De él han dicho que fue un
presidente emblemático, que con su hábito resucitó a un tambor
alicaído. Tambien, que con los palillos sus manos vuelan. Su
corazón, trenzado de redobles, es de Samper, del Bajo Aragón, de su
familia, de la Ruta. Hoy lo escuchamos sin prisa para que con su
memoria permanezca entre nosotros.
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