domingo, 17 de abril de 2016

Charrada. Los ricos también lloran.


          Como está la cosa de la corrupción en este país. Vamos de sorpresa en sorpresa hasta el asombro final, que irá a más. El ministro que le ponía impuesto al sol, multaba a los que tienen paneles solares porque es amiguete de las compañías eléctricas y nos hacía pagar la luz aunque no la gastamos, pues ha terminado dimitiendo después de cogerlo en muchas mentiras y con su firma en empresas ficticias creadas para evadir y blanquear dinero.
          Pero, ¡ojo con los que criticamos mucho! No se fíen tampoco de nosotros ¡De nadie! El presidente del sindicato “Manos Limpias”, famoso por denunciar constantemente a prevaricadores y corruptos, ha sido detenido por extorsionista, que no es uno que hace gimnasia en el circo, sino alguien que chantajea a los delincuentes para sacarles dinero si le cuentan al juez las trápalas que conocen. Ahora, eso sí, “quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón”. Este señor me cae simpático aunque sea de Fuerza Nueva, pues intenta matar dos pájaros a un tiempo; denuncia a los corruptos y obtiene beneficio personal, o sea, es un emprendedor emergente y a contracorriente; seguro que irá a la cárcel. A saber de qué ideología serán también los que han sacado los papeles de Panamá.
          Un amigo mío, que cree en los Illuminati y en el contubernio judeo-masónico, liberal y comunista, dice que es todo obra de los EE.UU., que quieren acabar con todos los paraísos fiscales que están dispersos por el mundo para ponerlos en los Estados Unidos y llevarse ellos solo la tajada. A mí me parece una teoría muy rebuscada, pero igual lleva razón. La verdad es que me sorprende mucho que el secreto bancario de la banca que opera de esa guisa, que no lo echan abajo ni los gobiernos de los grandes estados, ni las multinacionales, ni la ONU, ni los tribunales internacionales de justicia, unos periodistas de investigación, hayan tenido acceso a la información. O hay poderosos intereses detrás, que no conocemos, o en realidad el “orden internacional occidental”, que creemos tan sólido, es en realidad “un tigre de papel” en proceso de descomposición.
          Divertido es un rato; los ricos también lloran.

          España necesita desarrollar la industria energética de renovables donde hay un gran futuro industrial con la consiguiente demanda de mano de obra que ello proporcionaría y una industria claramente puntera de futuro y exportadora.
          Que esta tecnología de tejados con tejas solares fotovoltaicas la exporten y desarrollen empresas italianas y portuguesas no deja de ser la evidencia de todo el tiempo que hemos perdido y estamos perdiendo con este gobierno y que nos está llevando a ser un país a la cola del desarrollo de las energías renovables y de su implantación cuando llegamos a ser unos de los más punteros en su implantación, aunque había muchas cosas que mejorar en esa política sobre todo en el desarrollo de I+D y en las subvenciones a grandes latifundistas y a “empresas amigas”, entre otros problemas.
          Era claramente el camino por el que había que ir. El desarrollo constante y la innovación en la que está inmerso las energías renovables así lo demandan y exigen, dada nuestra dependencia de las energías fósiles de las que carecemos y que fundamentalmente importamos, con el consiguiente gasto de divisas y de aumento del déficit en nuestra balanza comercial que nos suponen altos índices de contaminación. La apuesta por las energías renovables de las que por situación geográfica y climáticas somos una potencia mundial debe volver a ser la apuesta decidida del futuro gobierno.


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