Ahora que está de
actualidad esto de rastrear los escritos con las barbaridades que algunos
colgaron por las redes, de acudir a las hemerotecas de la prensa y la
televisión para ver lo que decían algunos políticos que luego hacen lo
contrario, etc., vuelvo a rescatar un escrito mío que publiqué en el “BOLETÍN
UNITARIO DE SAMPER DE CALANDA”. Se trataba de un artículo, en la sección de “Flora y fauna samperina” que arremetía
contra los samperinos que habían emigrado, creo que bastante injusto y un pelín
zafio (La comisión de redacción junto a mi firma decía “M. Martín… y sus cosas”,
como distanciándose de mi escrito). También escribí otro contra las alcahuetas
o chafarderas del pueblo. Pero en fin, es así como yo lo veía con 23 años, en
aquella lejana fecha de marzo de 1973.
Tenemos que asumir
lo que dijimos o escribimos sin complejos; al fin y al cabo yo no voy a ser
concejal de cultura de Samper y me importa un carajo lo que puedan pensar los
demás; bueno, un poco sí, pero también publiqué cosas majas que pondré otro
día. Ni que decir tiene que las diferencias entre lo rural y la ciudad tenían
entonces una relevancia que ya hace tiempo que ha desaparecido.
A causa de las grandes trasformaciones
sociológicas y variaciones ambientales producidas por la contaminación durante
la llamada “era industrial”, este conocido ejemplar de parecidas características
a nuestro “pájaro d`apueblo” o “pájarus Shamperinus”, del cual procede, se vio
obligado a adaptarse a otras condiciones de vida más favorables llevados por su
natural instinto de conservación.
No será difícil reconocerlo: posee
pico uniforme; vistoso plumaje y alas utilitarias que le permiten realizar sus
vuelos con increíble facilidad. Algunos estudiosos clasifican a estas aves en
el grupo de las “comensoras”, por su afición a los tacos de jamón; suelen
habitar en pequeños nidos aglomerados de las grandes ciudades y se diferencian
de sus congéneres sedentarios, en que estos últimos, llevados por un exceso de
pulcritud, acostumbran a asentarse en los corrales y miradores de sus casas por
no ensuciar las demás habitaciones.
Aunque sus periodos migratorios son
constantes, vienen a realizar sus vuelos “utilitarios” tres veces al año, que
coinciden con la matancía del tocino, las tortas de pascua y los “bailes” de la
Placica.
Para satisfacción de
los curiosos hacemos saber, que el mencionado pájaro, no es comestible.
Estupendos artículos, el actual y el del 73!
ResponderEliminarPor cierto, ahora eres un ejemplar de "Pajarus Shamperinus", simplemente.... vienes más de tres veces por año.