miércoles, 22 de enero de 2014

Charrada: Un grupo de investigación de la Universidad San Jorge lanza la aplicación HappyUp para medir e investigar la felicidad.

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          Esto de la tecnología es que no sabemos a dónde se va a llegar; ahora se ha inventado un método o programa (aplicación le llaman), para medir la felicidad, el nivel de satisfacción en el trabajo, la frustraciones que nos da la vida, el grado de autoestima que tenemos, que hay quien no se quiere a si mismo porque somos muy egoístas, y todas estas cosas.
          Tenemos que conocernos más a nosotros mismos, ya lo decían los filósofos antiguos; los socráticos, los estoicos, los cartesianos, los budistas y los ilustrados, entre otros.

          Sin embargo otras ideologías o personas han influido muy malamente en nuestra vidas (y así estamos), los cristianos, los mahometanos, los románticos, los utópicos, los neo-liberales, los neo-con, la FET y las JONS, los marxistas-leninistas y la CNT, entre otros, que solo mandaban al sacrificio, la autoinmolación y la lucha (o los recortes, según cualos), y así es imposible ser feliz.
          Los cínicos, los nihilistas y los escépticos, que pasan de todo, parecen felices pero siempre están amargados porque tampoco se conocen a sí mismos. Si se conocieran se saludarían pero se llevan mal con ellos mismos.
          Sin embargo ahora disponemos de una tecnología avanzada que nos hará felices a todos/as.
Paisano hablando por el móvil
¡Si el tio Roquillo
 levantara la cabeza!
          Con veintiuna preguntas y alguna cosa más que me imagino, medirá la presión arterial y las pulsaciones (como hace la “máquina de la verdad”), podremos saber si somos felices o desgraciados, y cuánto. De todas maneras eso ya lo hacían los psiquiatras si ibas a su consulta. A mi sin ningún aparato y cobrándome poco, me dijo una psiquiatra que tenía depresión leve, angustia moderada y bajo desarrollo neuronal y omnisciente (y otras cosas más que no digo por pudor). No me curó pero me dejó tranquilo; no hay nada mejor que el conocerse a uno mismo. También existía el método chino de mirarse los pies pero desde que engordé ya no podía.
          Me temo que con este aparato se eliminarán puestos de trabajo. Siempre perdemos los trabajadores/as.

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