sábado, 13 de septiembre de 2025

Artículo. Opinión tendenciosa y subjetiva (como todas), sobre la actualidad política española

 España a garrotazos. Francisco de Goya

Desde que hay elecciones en España el equilibrio de fuerzas electorales entre la izquierda y la derecha se mantiene estable. Con pequeñas variaciones, medio millón de votos arriba medio millón abajo. La situación está estabilizada en términos de bloques ideológicos. No es previsible que vaya a cambiar mucho en el corto plazo. Las encuestas no reflejarán cambios importantes. Tampoco se observan a corto plazo otras políticas de alianza que las que hay establecidas ahora. Salvo que las derechas nacionalistas de Euskadi y Cataluña cambien de bando, algo que por ahora no parece posible.

Es muy difícil saber si la legislatura durará o no. El primer gobierno de coalición entre PSOE y Podemos arrancó con expectativas muy bajas. Mucha gente decía que no iba a funcionar, que era un experimento destinado a fracasar y que nos encaminábamos a una legislatura más bien breve. Sin embargo, la legislatura aguantó mucho. Hay demasiadas incertidumbres como para poder hacer un juicio tajante de si va a ser una legislatura duradera o habrá pronto elecciones, que es lo que yo creo.

Pero los grupos que apoyan al gobierno no desean que este gobierno sea reemplazado por la derecha del PP y VOX, y eso actúa como un pegamento que mantiene unidos a los socios de coalición y sus aliados a pesar de sus diferencias.

Lo que se llama polarización política es muy grande en los medios de comunicación y en las “redes sociales”, aunque yo creo que esta más en las elites partidistas y en las personas muy ideologizadas, que son una minoría social, que en la calle, donde la gente suele ser de ideas mixtas o trasversales; no obstante, en mucha gente ha calado la idea de la ilegitimidad de este gobierno, al que se le llega a acusar de anticonstitucional por parte de las derechas, pero, paradójicamente, otra mucha gente está reaccionando ante lo que creen una oposición de corte fascista o de extrema derecha que les da miedo por las experiencias históricas que se han tenido con estas ideologías.

Todo depende, para ganar unas elecciones, de que uno u otro bloque logre movilizar a un puñado de más que el otro. Las encuestas, de uno u otro bando, están muy manipuladas o “cocinadas” por quienes las encargan, no aciertan la mitad de las veces y tienen cada vez menos credibilidad.

Lo que le está sucediendo al Partido Popular no es muy diferente de lo que les ha sucedido a otros partidos conservadores en Europa que se contagian de los elementos más tóxicos de los partidos de la extrema derecha quizá para no perder el electorado más extremista a su derecha.

El PP, se encuentra en una situación muy difícil de gestionar, que consiste en que el principal partido de la oposición aparece como si fuera un partido de ultraderecha, no siéndolo porque no lo es, pero utiliza un estilo de oposición que no encaja con lo que es un partido de centro derecha europeísta.

El caso de Vox es curioso porque, al contrario que otros partidos de extrema derecha europeos que se forman en torno a enemigos externos como la emigración, que también en Vox, pero, sobre todo, aquí en España la extrema derecha se construye en torno a enemigos internos con un anticatalanismo muy profundo, en contra el modelo de las autonomías (que las eliminaría si pudiera) y la fobia a los nuevos movimientos sociales como el feminismo, el ecologismo, el movimiento LGBTQ y otros cambios en las costumbres generacionales. En Europa occidental, por ejemplo, en Francia, la extrema derecha acepta la secularización de la sociedad y se define como laica y republicana.

La extrema derecha en Occidente sigue creciendo. Es un fenómeno que viene aumentando y crece. Durante estos últimos cuatro, cinco o seis años la tendencia está acelerándose y los partidos de extrema derecha están consiguiendo no sólo más votos, sino también mayor visibilidad. Su discurso está metiéndose, incluso, en gente que, aunque no les vote está empezando a pensar de acuerdo con sus marcos políticos ideológicos y haciéndoles razonar como si fueran de ultraderecha, aunque no lo sean ¿Cuánto durará eso? habrá que ver cómo evoluciona, si sigue creciendo, si se consolida o va hacia abajo. Los tiempos políticos ahora no tienen que ver con los de hace unas décadas y todo cambia rápidamente. No se puede pronosticar hacia dónde. La corrupción afecta poco al electorado del PP y el PSOE, entre otras cosas porque los casos afectan a los dos y de manera muy fuerte, y a sus cupulas dirigentes. Por eso se repelen y se auto realimentan sin que pierdan mucho.

Algunos de los mantras de la derecha como el de que el Partido Socialista es cómplice de ETA, ya no tiene mucho efecto. Es un recurso gastado por tantas veces utilizado. Llega un punto en que la gente queda insensibilizada ante este tipo de mensajes. Además, ETA hace años que ha desaparecido. Por otro lado, la integración de Bildu (un partido formado por la antigua HB y otros partidos nacionalistas vascos más moderados que estaban en contra el terrorismo) en la política institucional, ha sido gradual. Se ha ido comprobando que no produce el tipo de peligros de los que muchos advertían. Tiene un comportamiento institucional bastante normalizado, cada vez más integrado en el sistema, aunque emplee todavía un lenguaje exclusivista antiespañol.

En cuanto a la amnistía no lo va a dejar de agitar la derecha; es un recurso demasiado goloso para su discurso. La tramitación va a ser larga y por lo tanto va a estar sobre el tablero durante muchos meses. Es un tema que la derecha no puede desaprovechar. Le da mucho juego para vender esta historia de que el Gobierno es presa de unos socios que ellos llaman delincuentes o golpistas y por lo tanto facilita mucho esta acusación de un gobierno ilegítimo que pone en peligro los fundamentos del sistema político español. Así que nos esperan muchos meses de machaque inmisericorde a cuenta de la amnistía.

La extrema derecha de Vox cada vez está más normalizada y solo da miedo a los más ideologizados de las izquierdas e intelectuales orgánicos; sin embargo, la sociedad actual no tiene nada qué ver con la de los años 30 del siglo pasado. Entonces se daban los siguientes fenómenos que hoy no existen:

1). La población rural era entonces del 80% en España y la mentalidad urbana apenas había penetrado en ella. Hoy casi todo el mundo vive en las ciudades, pero, además, quienes viven en los pueblos ya no son rústicos, son de mentalidad burguesa o moderna.

2). La mayoría de la población era analfabeta, sobre todo las mujeres, Hoy no solo todo el mundo sabe leer y escribir y las cuatro reglas elementales, es que, sobre todo la juventud y la media edad tienen estudios medios y superiores, aunque se intente desprestigiar a las nuevas generaciones de incultas o iletradas, la verdad es que nunca fueron tan cultas (sobre todo tantas). Yo sé que esto no le gustará leerlo a mucha gente pedante que me lea, pero es la verdad, y la verdad va a misa,

2). Las nuevas generaciones viven mejor que la de sus padres y mucho mejor que la de sus abuelos (salvo sectores marginales o bajo el umbral de la pobreza) que son relativamente importantes pero minoritarios. Las generaciones jóvenes no cambiarían su situación por la de sus padres y abuelos, pero temen a la incertidumbre económica y laboral que en las últimas décadas no existía. Van a vivir peor a pesar de que están más preparados, Ese es un fenómeno que propició la aparición de Podemos que recogió mucho voto juvenil progresista decepcionado ahora en parte, y la extrema derecha que recluta a ese sector de la juventud inadaptada a los cambios sociales, es decir que se vuelve reaccionaria a esos cambios. Pero para la mayoría de la juventud la permisividad social que viven los jóvenes ahora es cien veces mayor que en tiempos pasados y el autoritarismo en la familia, en la escuela y en la calle a bajado tanto que no tiene precedente. Casi no existe autoridad, el problema se les presenta cuando van a trabajar, que ahí la empresa es cada vez más autoritaria; Para los autónomos las exigencias de los consumidores y proveedores son imposibles de cumplir, no están preparados para esto y les produce una esquizofrenia y enfermedades psicológicas que antes no existían.

Podemos y Sumar están en una situación lamentable para este sector a la izquierda del PSOE. No hay espacio para tanto capitán o capitana. Algunos caerán, o todos. El cainismo y el sectarismo es una tradición en este segmento de la política, aunque que pareciera que Podemos vino con unas virtudes novedosas. Pero le duró poco. Las relaciones entre Sumar y Podemos han sido muy malas y no ha habido voluntad suficiente por ninguna de las dos partes para llegar a un acuerdo de convivencia. Pero al margen de cuál sea el reparto de culpas, creo que el resultado final es extremadamente dañino para las izquierdas en general y acerca más a las derechas a una mayoría absoluta si ahora hubiera elecciones generales u otras que haya en futuro; ya debieran haber aprendido de las autonómicas y municipales, pero no.

Mi pronóstico, si es que puede hacerse, es que se vuelve al bipartidismo, aunque con una incierta resistencia de la derecha e izquierdas extremas y una mayoría de los partidos nacionalistas, sobre todo en Euskadi y Cataluña (ya veremos en Galicia donde el BNG parece que va en aumento entre la juventud).

Y una cosa, las elecciones autonómicas, municipales y las europeas no se harán en “clave nacional”. Por más que la mayoría de los partidos, quieren que así sea. Muchos electores votan de diferente manera según las elecciones sean locales, autonómicas, generales o europeas; la mayoría no, pero una minoría significativa sí que lo hace, y esto vuelve loco a los partidos que creen que todas las elecciones se votan con los mismos sentimientos y parámetros, y cada vez hay más gente que vota en cada convocatoria como le viene en gana y cada vez más. O no vota, porque la desafección va aumentando, pero ¿a quién afectará la desafección y por lo tanto se abstendrían más sus votantes?

En principio parece que perjudicará más a las izquierdas, pero hasta que no haya elecciones no lo sabremos. Todo apunta a que será así, por eso las derechas piden elecciones todos los días y las izquierdas no. Pero como cambia todo tanto y tan rápido, ya veremos.

No tardaremos en saberlo.

2 comentarios:

  1. Buen artículo, se agradece que lo escribas. Luego, a pie de calle se simplifica todo. Hoy en el bar de mi cuñado he escuchado que a Sánchez le votan algunos de los que tiene en nómina: funcionarios, jubilados, oenegeros y chiriguiteros, ni un sólo de los autónomos y escasos trabajadores por cuenta ajena. Ahí lo dejo que me estoy comiendo un bocadillo de mortadela.

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