No me hago mucho, todavía, a la idea de cual será la “sensibilidad ideológica” (teológica o doctrinal) del nuevo Papa León XIV, ya que la información que dispongo es de lo que publican los medios de comunicación, algunos protestantes, agnósticos o ateos, que tienden a ser parciales, como no puede ser de otra manera.
Si hasta dentro de su comunidad (la iglesia católica)
alguna corriente, no muy simpatizante del nuevo papa, lo acusa de haber sido
tolerante con los curas pederastas que estaban bajo su mandato. Al parecer un
bulo. Lo que confirma lo difícil que es llegar a gustar a todo el mundo,
incluso a muchos que son de los tuyos.
No obstante, algunas claves sí que las hay: el nombre
que se ponen cuando los coronan; el anterior se hizo llamar Francisco en honor
a san Francisco de Asís, lo que ya daba muestras “de que pie cojeaba”
Este se ha puesto el nombre de León parece que en honor
de otro León anterior que proclamó la doctrina social de la Iglesia, o sea, la
democracia cristiana y movimientos tales como la OAC, Cáritas y demás. Mis
amigos sindicalistas cristianos están contentos; ya veremos.
Además, es Agustino; me gustaría recordar una frase de
San Agustín que bien podría inspirar su pontificado: “Las superfluidades de
los ricos son las necesidades de los pobres. Quienes poseen
superfluidades, poseen los bienes de los demás”.
Por sacarle algún defecto (de momento, luego le sacaré
más) hay una cosa que no me gusta de las personas y menos si son lideres de
masas: es su mirada huidiza, nunca mira a la cámara como si no existiera la
fotografía, los videos y la televisión, y fuera una persona de otro mundo ¡Qué se
habrá creído, que es el Papa de Roma!
Bueno, a lo mejor es tímido y humilde; lo que no sería un defecto, más bien una virtud.
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