domingo, 2 de julio de 2023

Artículo. Política de alianzas y precampaña electoral

 

No juzgo la decisión de María Guardiola para pactar con VOX en Extremadura; es legítima esa decisión. Además, “estaba cantado”, como cantado está que en Aragón gobernará el PP con Vox ¿Por qué entonces tanta matraca, tanta pamplina? Ahora María Guardiola dice: “para mí ha sido doloroso” ¿doloroso? ¿Hay sentimiento de culpa porque tiene que gobernar con VOX?

Estos políticos, la mayoría de ellos por lo menos (los de centro), están sufriendo mucho. Unos o unas por tener que aliarse con fascistas sin complejos, otros u otras por tener que aliarse con filo etarras, comunistas e independistas sin complejos. Pero allí donde gente del PP y del PSOE se unen entre ellos también lo pasan mal porque la mayoría de sus votantes no los entienden. No estamos por una unión del centro diverso y plural porque unos son de derechas, otros de izquierdas, otros regionalistas agrarios o democristianos, o liberales, otros de la España vaciada, soberanistas o independentistas varios, en fin, muy difícil una coalición de centros en este país, prácticamente una solución inviable.

Pero también los de VOX lo pasan mal; estos son muy dogmáticos, ellos y su tropa de votantes, y aliarse con los maricomplejines del PP, si no está muy justificado les dan muchos puestos y ceden a muchas de sus pretensiones les va a crear problemas de autoestima, pero ¿Qué van a hacer? ¿Siempre en la oposición como si fueran antisistema cuando son conservadores del sistema?

Y los independentistas ¿Cómo van a pactar con la izquierda españolista aunque sea federal o, peor, unitaria?

“Sumar”, sin embargo, lo tiene claro; quiere pactar con el PSOE. Sin complejos. Hasta los más recalcitrantes de Podemos, pues el “principio de contradicción” es consustancial a la filosofía de las izquierdas (dialéctica pura). Tan claro lo tienen que ya han dicho que quieren reeditar la gobernanza con los socialistas (tapándose la nariz, claro). Y Pedro Sánchez ya ha dicho que gobernará con SUMAR. También lo tiene claro. Pero como miente tanto según dice Pablo Iglesias en su canal de televisión igual cambia a última hora ¿la incógnita es hacia dónde va a cambiar? Seguro que no puede dormir por las noches pensando que, si gana, le puedan imponer otra vez a Belarra de ministra en su gobierno aunque sea en un ministerio fantasma como el de Consumo donde nadie te nota salvo que digas que hay que comer menos carne de plástico que ya las has cagado.

Pablo Iglesias, para no cambiar de discurso, dice de Pedro Sánchez que es un mentiroso compulsivo, que no se si es muy oportuno decirlo ahora pero ya sabemos que Pablo Iglesias no se caracteriza por ser oportuno ni mucho que le importa.

¿Y el PSOE? Vi en la televisión a un Pedro Sánchez muy tranquilo y “con tablas” pensando que va a ganar de nuevo, y no me pareció impostura, lo llevaron al “Hormiguero” para que se lo comieran las hormigas y se las comió él; no me extraña porque hace pilates y sale a correr en bicicleta dos días a la semana -según dijo-.

A Yolanda Diaz la vi muy sonriente; ríe mucho mi candidata preferida, hasta agobia, aunque prefiero sus sonrisas a las malas caras de otras y otros, siempre refunfuñando, insultando, con mal genio y cabreados con el mundo mundial que parece que va a estallar otra vez el Movimiento Nacional, pero como buena gallega, no se sabe si sube o si baja; si gira a la derecha o a la izquierda, que a lo mejor es lo que tiene que hacer para unir esa jaula de grillos que es la izquierda del PSOE; lo que más me gusta de ella, aunque me crea perplejidad, es esa cariñosa ambigüedad que gusta a toda la gente y a ninguna por igual. Eso también es muy dialéctico.

Me está cansando el griterío político; es tolerable algún detalle como aquel de Labordeta mandando a la mierda a los diputados del PP que le estaban insultando constantemente cada vez que salía a hablar, o como cuando un diputado gallego de la oposición le tiro un zapato a Fraga (sin intención de hacerle daño), pero esta crispación ya está cansando. Casi prefiero que gane la oposición de ahora para ver si acaban con el paro, levantan la economía, suban más las pensiones, resuelvan la decadencia de la Sanidad, acaben con los vascos y los catalanes y podamos vivir en paz como si fuéramos todos de Madrid.

A Feijoo lo vi balbuceante, inseguro; va de ganador, pero parece que no termina de creérselo (quizá sabe, a estas alturas de la precampaña, que no tiene carisma y si gana será porque la corriente parece que va a favor de las derechas). Muy diferente su carisma al de su camarada Jorge Azcón en Aragón. Este se lo creía, tenía seguridad y ganó. Si Azcón fuera para primer ministro del Reino de España ganaría, no tengo ninguna duda, aunque no sería con mi voto; si me invita a comer mariscada iré, como buen secretario de Pensionistas de CCOO, pero votar al PP, ni hablar del peluquín. Quiero que gane Sánchez, aunque diga que Felipe González no mintió cuando nos metió en la OTAN (solo cambió de opinión), tenga amigos que no entienden el feminismo ni la violencia contra la mujer (yo también los tengo) y se achante ante el tiranosaurio que reina en Marruecos. Nadie es perfecto. De momento votaré a Yolanda Diaz con la esperanza de ver si sube o baja, si va por la derecha o por la izquierda, que yo cada vez también se menos por donde voy y me orienta pues estoy más perdido políticamente que un pulpo en un garaje. O sea, que me representa.

Sesión plenaria que parece la España vacía


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