La decadencia del pueblo es relativa; sé que no todo el mundo comparte mi opinión, pero la renta económica de quienes viven en él no se diferencia mucho de la media de los barrios obreros de las ciudades. También a partir del final de los años 60 del siglo pasado, el aspecto urbano ha venido mejorando progresivamente y la calidad de vida en las casas, antes casi todas rústicas como en la Edad Media, sin agua corriente ni alcantarillado, y con una salubridad publica similar a la de los países subdesarrollados, se han ido homologado al de las ciudades. El problema de los servicios es deficiente para como tendrían que ser hoy en día, pero en los barrios de Zaragoza u otras grandes localidades de Aragón o de España padecen semejantes problemas.
La Irica con Santa Quiteria al fondo |
Aunque esto de que la gente que habita en el pueblo, tomando como referencia los vecinos empadronados, no nos debería servir ya como referencia; Samper no solo son quienes están empadronados, que determinan el gobierno municipal porque son quienes votan en las elecciones municipales; samperinos somos quienes tenemos casas u otras propiedades y pagamos contribución por ello, consumimos en el pueblo y tenemos casas abiertas en él.
También han cambiado los hábitos de consumo; muchos consumidores empadronados van a comprar preferentemente fuera de la localidad y muchos no empadronados compramos preferentemente en establecimientos del pueblo. Así se mide el grado de fidelidad del SER samperino.
Las cosas han cambiado mucho y son muy complejas. No tienen que ver con otras épocas; lo mejor sería que estuviéramos empadronados todos en el pueblo, pero por circunstancias que no vienen al caso y que conocemos, no puede ser (yo me he vuelto a empadronar), Pero el número de empadronados solo sirve hoy día de referencia para votar y para pertenecer a la Sociedad de Montes, que es la única que yo sepa que lo exigen sus estatutos; quienes vienen casi todos los fines de semana y verano, si además participan de las actividades lúdicas, recreativas, compran y consumen en el pueblo, son samperinos.
Pero
sigamos con las asociaciones o instituciones relacionadas con la economía ,
algunas estaban (o están) muertas u obsoletas; cooperativa agrícola, sindicato
de riegos o sociedad de Montes. Pero las culturales y recreativas no. Incluso
escribí un artículo extenso que se publicó en Rujiar XII, del Centro de Estudios del Bajo Martín, sobre
ello, que podéis acceder pinchando aquí mismo si tenéis ganas y paciencia de
hacerlo veréis que hay muchas asociaciones en Samper en la que participan
empadronados o no, aunque habría que actualizarlo; algunas asociaciones, como digo, apenas tienen
actividad actualmente o han muerto, y han aparecido otras desde que lo escribí
(como la de Los Amigos de los Balsetes) que
van por los setenta socios y está creciendo, aunque su elemento dinamizador
radica en el núcleo dirigente, una docena de personas escasas, pero que han
hecho una labor ingente ya por todos conocida que desmiente (junto con las
actividades de otras asociaciones que están en vigor), eso de que somos un
pueblo de incultos, indolentes y gorrones.
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ResponderEliminarBuenas líneas. A mi nunca me dijeron que somos un pueblo de incultos, indolentes y gorrones. Y es la primera vez que lo leo, Lo que sí he oído muchas veces es que, hay muchos sampernos que destacan, que Samper se ha parido mucha gente inteligente, y si hacemos recuento, resulta que si, es verdad.
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