Debe ser que la mayoría de la gente está de vacaciones
y de fiesta, que los graves problemas de este verano como la subida de la
energía, la inflación o la guerra de Ucrania parece haber pasado a un segundo
plano. Los problemas ahora son el calor del verano que no se puede estar ni en
la playa; la falta de hielo, con la gravedad de que escasean los cubitos para
echar en el cubata, y si hay que llevar o no la corbata para ahorrar energía,
que no sé porque se ha metido el primer ministro del Reino de España en ese
berenjenal.
No deja de sorprenderme esta obsesión del presidente del gobierno y de los medios de
información por llevar o no llevar la corbata y su influencia en el ahorro
energético; yo creía que ya no se fabricaba ese complemento más que para hacer películas o disfraces pues veo a toda la gente en
camiseta y calzoncillos por la calle y en las casas. La corbata ya no existe
más que en el imaginario colectivo, en la historia y en los parlamentos que no
representan ya a la población que no se la pone ni en los entierros ¿Quién se
acuerda ya de la corbata, que antes había que llevar obligatoriamente los domingos
y fiestas de guardar por lo menos por la mañana hasta después de comer? Luego por
la tarde ya se podía ir en mangas de camisa, pero no en camiseta ¡Vaya abominación!
Veo las procesiones que se le hacen al santo o a la santa y todo el mundo va
hablando, como quien va de excursión, y sin corbata.
Recuerdo que el primero en Samper en poner hielo en el
“cuba libre” y otras bebidas fue el bar de “Peguero” y mucha gente lo
despreciaba ¡Vaya tontada -decían algunos- agua! Pero los más jóvenes y
modernos lo agradecíamos como una innovación, aunque siempre ha habido
desagradecidos y retrasados en el progreso y el estado del bienestar. Hoy hay
terror a quedarse sin hielo y sin papel higiénico que antes no importaban tanto.
Si nos quedamos sin corbata por si hay una urgencia, por ejemplo, para ir a la
boda de un amigo que se ha vuelto a casar o celebrar un divorcio, siempre te la
puede dejar alguien que la tiene arrinconada en el armario. Antes no teníamos hielo
ni papel higiénico, pero teníamos corbata. Hoy en día es importante que no nos
quedemos sin ninguna de estas tres cosas.
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