El burro catalán es una raza
de asno originaria de la provincia española de Gerona. En la actualidad se
encuentra en peligro de extinción, reducido a sólo 500 ejemplares de los que
400 se encuentran en Cataluña. El resto, la mayoría se conservan en el sur de
Francia. En Samper contamos con dos ejemplares gracias a la adquisición de una
hembra y posterior pollina descendiente, por parte de José Joaquín Costan
Rodríguez, que los cuida con mimo y total dedicación en las inmediaciones del
pueblo. En esta página incluimos unas fotografías y algún video en la que
podréis aprecias estos magníficos ejemplares. Tambien tiene Joaquín, dos
ejemplares de Mastín del pirineo, que podéis apreciar
también.
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El ruc català es una
raza robusta, de pelo negro y gran cabeza, se caracteriza por su gran
resistencia. Su desaparición de los medios rurales se debe a la introducción de
maquinaria pesada moderna que lo hacen innecesario para la agricultura y el
transporte como lo era antaño.
EL BURRO CATALÁN COMO EMBLEMA
Tras varios años
sin recibir atención alguna, el burro catalán alcanzó gran popularidad de forma
inesperada en 2004, cuando dos jóvenes de Bañolas, Jaume Sala y Àlex Ferreiro
decidieron crear una pegatina para coches con la silueta de este animal, con el
objetivo, medio en serio medio en broma, de llamar la atención sobre el peligro
de que esta raza desapareciera y facilitar así su conservación. El logo se hizo
popular en Cataluña en los meses siguientes, llegando a aparecer en todo tipo
de pegatinas, camisetas y otros objetos.
Durante los meses
en que el burro catalán fue portada de la prensa, algunos ejemplares llegaron a
venderse por encima de los seis mil euros. [cita requerida]
Posteriormente se
convirtió de forma inesperada en un emblema de los catalanes, ya que se ha
considerado que se debe proteger y de esta forma se relaciona Cataluña con la
ecología. Actualmente el emblema del ruc català ('burro catalán') lo utilizan
algunas personas cómo símbolo reivindicativo del nacionalismo catalán, en
oposición al toro de Osborne. Partidos políticos partidarios del ecologismo
como Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) simpatizan con el símbolo sólo porque
da a conocer el peligro de extinción de esta raza.
Fuente: Wikipedia.
Durante mucho
tiempo el mastín del Pirineo acompañó a los rebaños de ovejas en sus recorridos
trashumantes desde los Pirineos aragoneses hasta el Maestrazgo. Su principal
función era la de guardar y proteger a los rebaños y a sus amos de los ataques de
lobos, osos y ladrones.
Durante el siglo
XX y especialmente después de la Guerra civil española, debido a las
dificultades económicas, el mastín entró en declive ya que resultaba muy caro
mantener a un perro de su tamaño. En los años 70, Rafael Malo Alcrudo inicia en
Aragón su trabajo de recuperación de la raza por medio de los escasos
ejemplares que se encontraban en el campo y que todavía poseían características
típicas del mastín tradicional. En el año 1977 el propio Rafael Malo Alcrudo
junto a Daniel Lloréns Guerrero y Jaime Graus Morales fundaron el Club del
Mastín del Pirineo de España,8 para aglutinar los esfuerzos en la recuperación
del perro clásico de la trashumancia aragonesa y en una labor, perfectamente
organizada, de dar a conocer al Mastín del Pirineo tanto a nivel nacional como
internacional. Eso sirvió para animar a numerosos criadores a unirse en la
labor de recuperación del mastín pirenaico dentro y fuera de España. En la
actualidad la raza tiene un notable reconocimiento internacional como demuestra
la existencia de clubes en numerosos países europeos y en Estados Unidos,
aunque últimamente el número de ejemplares de calidad ha disminuido bastante y,
por ello, se ha requerido ayuda científica para intentar solucionar los
problemas actuales que, al parecer, están remitiendo, dando lugar a un moderado
incremento de la fertilidad general en la raza.
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