miércoles, 28 de junio de 2017

Charrada. El Dia del Orgullo Gay.

Haz el amor y no la guerra
          Hace unos años viajé a Madrid y pillé un taxi desde la estación de Atocha para ir a mi destino. El tránsito por las calles de la Villa estaba atiborrado, más de lo normal. Me sorprendió. También me sorprendió que el taxista fuera mujer; algo que no había visto por la tierra noble.
La taxista, muy educada, se disculpó por cómo estaba el tránsito, cosa que también me sorprendió, pues no es muy normal que los taxistas sean amables con el viajero por cómo está el tránsito circulatorio; lo normal es que la emprendan contra el ayuntamiento, los autobuses, el tranvía, los peatones, las bicicletas y los políticos en general. Sin embargo, mi experiencia con las mujeres taxistas de Madrid (que cada vez hay más), es muy positiva, por su sencillez, amabilidad y simpatía; todo lo contrario que las guardias municipales que regulan el tráfico en esa urbe anárquica que es Madrid que suelen ser autoritarias, broncas y antipáticas; claro que “cada uno cuenta la feria como le va”.
          La mujer taxista me dijo que era el Dia del Orgullo Gay, y por eso estaba así la calle; intransitable. Intentando conciliar con ella y solidarizándome un poco hipócritamente con su trabajo, empecé a decir que pobres taxistas de Madrid; cuando no son los mineros de toda España a cortar Madrid, son los agricultores con sus reivindicaciones tirando frutas; cuando no los ganaderos soltando cabras, y ahora los gais con sus plumas y sus carrozas; no me extraña que estéis hasta las narices -le dije-, que va -me contestó-; ojalá fueran todos los días del orgullo gay o de lo que fuera; vienen doble de gente forastera que necesita un taxi porque no saben andar por Madrid ni conocen el metro o los autobuses (como me pasa a mi), más clientes para los taxis, para las fondas, los bares, los restaurantes, los hoteles, las discotecas…, hasta ese día creía que la gente de Madrid estaba harta de tanta manifestación, de tanto congreso, de tanto ruido; si que lo estaba alguna gente; quienes tienen que desplazarse para ir al trabajo en talleres u oficinas, más algunos intelectuales aguafiestas que se quejan de todo porque viven de criticar la actualidad. Pero estos acontecimientos, y el Dia del Orgullo Gay, sobre todo, resulta que son una fuente de productividad y economía.
          Hasta entonces, yo creía que el Día del Orgullo Gay podría triunfar en Barcelona que son muy así; o sea, que les importa todo poco con tal de que sea negocio, pero nunca al castizo Madrid. Pero no, los madrileños solo se diferencian de los de Barcelona en que hablan bien y los de Barcelona tienen esa manía de hablar tan rara que no se les entiende.
          Por lo demás, iguales, aunque luego no se puedan ver entre si. Si a los taxistas de una ciudad, que son el principal poder factico mediático, les parece bien lo del Día del Orgullo Gay, no hay más que hablar. Si la alcaldesa Carmena quiere que hablen bien de ella, que se lleve bien con los taxistas de su ciudad (perdón, villa). Que aproveche ahora que cada vez hay más mujeres jóvenes taxistas y, según me han dicho, más gais ya en el gremio que entre los cómicos de la farándula y los políticos de profesión (también del PP, aunque se les note menos porque no les va las plumas).  

Comentario de "traso" en el "Periódico de Aragón"... Banderas arcoiris en Madrid...

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