El PNV ha conseguido por enésima vez reducir el cupo del
dinero que le entrega a Madrid de lo que recauda con su autonomía fiscal; entrega que es una
propinilla de consolación. De hecho, el País Vasco, o sea Euskadi, es
independiente (de facto), de España. Lo curioso y lo sorprendente que esto lo
haya conseguido de la mano de los “superespañolistas”, es decir del PP, que por
el día presume de centralistas y hacen anti vasquismo o anti catalanismo y por
la noche hablan catalán en la intimidad y negocian con los periféricos con los
que se van de vinos.
Esta vez los de Euskadi han emborrachado a Rajoy como saben hacerlo, llevándolo por las tabernas, supongo; otro día serán los catalanes cuando los del antiguo partido de
Convergencia vuelvan a hacerle caso al padrino Jordi Pujol y tornen por la
senda del pragmatismo. Algo tendrán que hacer para que el Honorable y su familia no
vayan a la cárcel ni saque los papeles esos que tiene y que puede acabar con la
democracia.
El Estado de las Autonomías nunca fue federal, porque ni las
comunidades periféricas como Cataluña y Euskadi querían que fuera (pues ellos son diferentes de andaluces y aragoneses, por ejemplo, que somos diferentes entre si pero españoles y ¿los valencianos, son murcianos que hablan catalán o catalanes henajenados?). La la derecha sociológica
y política tampoco lo quería porque eso de federal suena a rojo. El
Federalismo siempre fracasó en España para desgracia de los que somos federales. Desde don Francisco Pi Margall. Y ya nunca lo será. España unitaria y
centralista tampoco; ya no hay marcha atrás, aunque algunos seguiremos dándole
a la matraca federal (que casi nadie entiende), y en el imaginario político de
la derecha y de su demagogia política y de propaganda seguirá agitando el anti-catalanismo y anti-vasquismo para tranquilizar o agitar (según vengan dadas), a
su clientela.
Mientras el resto, como los aragoneses, a presumir de
españoles como los que más, y a salir de cabezudos que para eso nos pintamos
solos.
El problema es que no somos capaces de forma un partido nacionalista aragonés -motivos y razones hay- y sacar diputados del color que sean, pero aragoneses. La sumisión y el miedo a los partidos centralistas, sumando los ideales estúpidos como es el considerarse de derechas o de izquierdas y el egoísmo de que me coloquen o me protejan a "mi", nuestros voto lo regalamos a los que nos ignoran porque saben que nos hagan lo a que nos hagan seremos fieles a dárselos siempre, sin contrapartida alguna.
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