Parece que está ya decidido el cierre de la central térmica
de Andorra y las fuerzas vivas de la región, los partidos y los sindicatos se
han puesto a protestar, como no podía ser de otra manera; el cierre supondría
otra puntilla más a nuestra comarca, a la provincia de Teruel y, en general, al
desmantelamiento de la “España interior” que va a tener que cerrar sus pueblos
por falta de habitantes al no quedar ya puestos de trabajo.
No me gusta ser pesimista, pero yo creo que no hay solución
al mantenimiento de la central y que los lloros, sobre todo el de los partidos
que han gobernado con mayoría en esta región, son lloros de cocodrilo; no son
populistas, pero lo popular es llorar cuando se muere el padre, aunque todos
habían apostado hace ya muchos años porque el padre no tenía curación y su
muerte era más o menos eminente.
El problema tiene varios capítulos: el primero viene de
lejos, muy de lejos. Ya se dijo en
un libro escrito en el siglo pasado dirigido
por Mario Gaviria y en el que participaron algunos jóvenes (por aquella época)
samperinos (por cierto, introdujeron en el libro dos artículos míos publicados
en el “Boletín del CIT de Samper”), “El Bajo Aragón Expoliado” se titulaba. Le
han expoliado el lignito mientras era rentable, y ahora que ya no es rentable
con los bártulos a otra parte. Además, el movimiento ecologista, muy presente
en la izquierda y en los sindicatos, hace que, en este tema de las centrales y
las minas, con la conservación de los puestos de trabajo y el fracaso y el
despilfarro de los fondos europeos para la reindustrialización de la zona,
hacen que se muevan en un mar de contradicciones, dudas y explicaciones poco
entendibles por la ciudadanía afectada.
Pero más grave todavía es el capítulo segundo: España
renunció, hace unas décadas, a tener una política industrial, a tener un sector
de servicios y financiero estratégico. El Estado dejó de planificar la economía
porque dicen, los adeptos a estas tesis liberales, que eso impide el desarrollo
de las “fuerzas productivas”; aunque fuera la planificación económica de los
Estados lo que salvo de la bancarrota a los EE.UU., lo que propició el
desarrollo sin precedentes de la Europa Occidental, lo que saco del medioevo a
los países del este de Europa y a la URSS hasta que acabaron con ella, y lo que
habría sacado al Tercer Mundo de la miseria si no se hubieran cargado a la
mayoría de las burguesías nacionalistas ascendentes de esos países donde ya
solo dominan los fundamentalismos religiosos y tribales. También, aunque me
cueste admitirlo, la que sacó a España del subdesarrollo en la “Era Franquista”
(que no se benefició del Plan Marshall), y que continuó con los primeros años
con el régimen de la Reforma Política, en el que todavía estamos. Todavía no queremos enterarnos que desde que empezaron las políticas neoliberales las naciones de Occidente están perdiendo la hegemonia económica en el mundo en beneficio de las corporaciones multinacionales y el sector financiero que ya están descontrolados.
Me lo dijo un director de mi empresa que me apreciaba:
“enhorabuena, ahora la patronal nos hemos vuelto, no liberales, sino anarquista
como tú”, yo le contesté: “pues esta fábrica va a durar dos primaveras”, y así
fue, ya hace años que cerro; ahora las sartenes y los pucheros los traen de
China, que es de los pocos países (junto con Japón, ojo), que planifican la
economía. También la planifican a su manera, algunos países como Irán, Corea
del Norte o Cuba, que están en el “Eje del mal”, o países que están en el “eje
del bien”, como Taiwán o Corea del Sur. Que por supuesto son los que van a
destacar si no se cargan a alguno de ellos como han hecho con Afganistán, Irak, Libia, y ahora están haciendo con Siria, Yemen, Venezuela, etc.
Se vendió (privatizó), Endesa, una empresa muy rentable y
algunos se llevaron un buen pelotazo; creo que hay quien todavía sigue cobrando
por los favores rendidos. Hoy Endesa es una marca española, de capital
Extranjero con otro nombre, pero que quiere revender al antiguo comprador, que
es Endesa también (tócate las narices, quien entienda esto), y esta no se puede
compra a si misma porque se ha empeñado con las renovables y el juego a bolsa,
y pierde más que gana o no gana, o que se yo. Al final van a rescatarla a cargo
del recibo de la luz; ya lo verán ustedes.
¡Ah! Y se critica mucho las prejubilaciones y las buenas
jubilaciones de los antiguos trabajadores de Endesa. El movimiento sindical no
pudo revertir el desmantelamiento del sector minero, industrial y de servicios
a pesar de ser rentables, aunque dijeran lo contrario, pero si no fuera por los
sindicatos, sus antiguos trabajadores se habrían ido con una mano delante y
otra detrás, y hoy estarían cobrando una pequeña pensión. Lo único que se ha sacado.
Ojalá haya suerte. Enlace: Leer noticia ...
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