martes, 24 de enero de 2017

Narrativa. Romance Ibero. Por LEO.

Que cuenta como se llegó a formar lo qué hoy conocemos como la Sima de San Pedro en el Pueblo de Oliete, qué en la época Ibera se llamaba: Ildukoite.


La sima de Ildukoite


Quién me mandaría a mi
acudir á aquella fiesta
á la aldea de Ildukoite.
Allí cogí yo los males,
qué ahora tengo en la mollera.
La causa de mis penares,
la causa de qué no duerma.
Tres lunas duró la fiesta,
comida pá reventar...
y unos caldos muy sabrosos,
qué me hacían desvariar.
 Acababa de comerme
aquella pata de ciervo,
cuando llegó el Olíndico
y me presentó a su suegro.
( El suegro del Olíndico
es un brujo ú Chamán,
prepara brebajes raros,
qué luego suele tragar...
y qué le ponen en trance.
Sus ojos parecen fuego,
son brasas incandescentes,
echa espuma por la boca,
las tripas se le regüelven...
sus bajos, desprenden aíres,
qué te dejan aturdido;
y no crean qué exagero,
qué yo mismo fui testigo
del desmayo de un anciano,
qué pilló desprevenido
y respiró aquellos aíres
con olor a corrompido.
y tuvo suerte el anciano
de encontrarse á la intemperie,
qué si es sitio cerrado
seguro, que allí fenece.)
Al suegro del Olíndico
le reclamó sus poderes
la mujer del Alfarero:
"Tiene una tos, qué se muere
mira haber qué brebaje
tienes á bien prepararle
pá que no tosa y descanse"
El suegro del Olíndico
se metió en una choza.
Dispuesto se fue á hacer
una poción milagrosa;
( Cuatro pieles de culebra,
una cola de ratón,
murcielago triturado
y unas gotas de licor...
esos son los ingredientes,
qué mezcló en la cazuela
el suegro del Olíndico,
lo pude ver con mis ojos
sin que nadie a mi me viera.)
cuando salió de la choza,
le dijo á aquella mujer:
Untaselo en un cuzcurro
con un poquico de miel,
y verás como no tose...
sobre todo por su bien.
cuando tomó la pócima
el probecico alfarero,
no fue preciso esperar
pá comprobar sus efectos;
( Cada vez qué tosía
se iba patas a bajo,
ú tosía ú cagaba...
ú las dos cosas pal caso.
No le quedó más remedio
qué olvidarse de toser.)
La fiesta siguió su curso,
el vino ya se acababa
( apenas quedaba un culo
en una de las tenajas )
y los Clanes de Ildukoite
más bebida reclamaban;
La pedían con descaro:
"Se nos seca la garganta,
se nos seca la gargantaaaa..."
Se organizó una partida
para buscar más tenajas; 
Treinta mozos bien fornidos
y unos carros pá cargarlas
( Las guardaban con gran mimo,
en una cueva sagrada.)
Olíndico me invitó
á qué los acompañara,
y nos fuimos con los mozos
para seguir de jarana.
Cuando llegué aquella cueva,
Yo me quedé sin palabras.
( Les sobraban los motivos
para llamarla sagrada;
Los Clanes de Ildukoite,
con sus gentes, con sus cabras,
los caballos y otros bichos
qué patean esas montañas,
bien podrían refugiarse
ante una fuerte tronada.)
Los mozos fueron delante,
nosotros a sus espaldas
( y por eso nos salvamos
Olíndico y el que relata )
La cueva empezó a crujir
de una manera extraña.
Uno de aquellos mozos
comentó éstas palabras:
"La cueva será sagrada,
pero aquí nadie se salva"
Y corrimos para afuera,
soñando con la escapada.
pero la tierra se hundió.
Se lió gran polvareda,
( Pensaba que m'axfisiaba )
Cuando aquello despejó
lo qué vieron mis ojos,
a mi me dejó sin palabras:
Un agüjero Impresionante,
una sima exagerada...
y en el fondo de la sima
solo se veía agua,
ni rastro de aquellos mozos,
ni rastro de las tenajas.
Cuando nos vimos a salvo
acompañé a Olíndico
hasta la puerta de casa
y Yo seguí caminando,
sin saber por donde andaba.
Si alguien lo pone en duda,
qué se acerque a Ildukoite
y lo podrá comprobar
qué se acerque con cuidado
no se vaya a espanzurrar...
Es una Sima Impresionante,
sin habla os dejará.


Romance del Clán del Toro, qué corre de boca en boca.
Romance que se rescata, del pozo de la memoria. 

1 comentario:

  1. Por unos momentos nos has llevado "Al Clan del Oso Cavernario" muy bueno señor Leo.

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