Le prometí a María que le
pondría en mi libreta digital su poema “Una esperanza a la vida” que trataba sobre el
problema de los inmigrantes ahora tan de actualidad con la cuestión de
los desplazados por las guerras, problemas que ya parece que se han dejado a un
lado con lo de las elecciones.
En el mundo desarrollado están apareciendo movimientos sociales y electorales que no quieren saber nada de los que huyen de la barbarie de las guerras de las que nuestras sociedades europeas no son ajenas. “quien al cielo escupe, a la cara le cae”. Yo soy pesimista; si no le ponemos remedio y solidaridad a las causas que producen estos fenómenos, el sur y este de Europa les seguirá a los de Oriente Medio. O sea, iremos detrás y a no tardar mucho.
En el mundo desarrollado están apareciendo movimientos sociales y electorales que no quieren saber nada de los que huyen de la barbarie de las guerras de las que nuestras sociedades europeas no son ajenas. “quien al cielo escupe, a la cara le cae”. Yo soy pesimista; si no le ponemos remedio y solidaridad a las causas que producen estos fenómenos, el sur y este de Europa les seguirá a los de Oriente Medio. O sea, iremos detrás y a no tardar mucho.
El poema es como una
metáfora también.
UNA
ESPERANZA A LA VIDA.
No estoy inspirada
Pero si ilusionada:
Poder escribir un poema
Que a todos les llegue
al alma.
Vidas errantes que
cruzan mares
En busca de mejor vida:
No llegan a buen término
Su patera fue a la
deriva.
Sus ilusiones quedaron
rotas,
Sus cuerpos ya están
flotando.
Por querer salir de la
miseria
Sufrieron hasta morir.
¿Volarán a lo más alto?
Solo sé que los que
gobiernan
No se hacen
responsables.
Y yo me hago la
pregunta:
¿Nadie tiene que decir?
De estos seres
miserables
Porque este mundo no lo
entiendo.
Es cruel y despiadado.
Porque no hay que
manipular
La vida del ser humano.
Y con morbo y
sufrimiento
Agonizar en el fondo de
las aguas de algún mar.
23-11-2003
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