ArtiCulo. La guerra de las cabalgatas, un nuevo antagonismo en la política.

 

En Samper, bien ataviados

        La que se ha armado en Madrid por lo de la cabalgata con el cambio de diseño del nuevo gobierno municipal. Claro, la nueva alcaldesa, la compañera Carmena que sustituyó a doña señora de Aznar, quiere ser, no solo “progre” sino parecerlo, cambiando la estética de la cabalgata que dicen que era tradicional.

          Por sacar a un negro de verdad, en vez de un blanco embetunado para representar al rey mago Baltasar, en algunas ciudades se ha armado “la de dios es cristo”; sin embargo en Samper y Castelnou se ha sacado un subsahariano algún año sin que nadie se enfadara. También por poner alguna mujer de rey mago o paje donde debería ser varón se ha creado polémica de las gordas. Que quiere que les diga; a mí me escandalizó más que salieran mujeres de alabarderas en la procesión de la Semana Santa (que eso sí que es ahistórico) y cuando lo comenté, personas de “perfil” conservador, se me rieron.

          Y es que yo en algunas cosas soy muy tradicionalista, reaccionario o retrógrado. Todavía no perdono al amigo mío que me descubrió que el rey mago, no sé si Melchor o Gaspar, que vino a nuestro pueblo un año cuando yo aún era un crio, resulta que era un paisano del pueblo muy conocido (que no me acuerdo quien era, creo que posiblemente mi tío Jorge, el sacristán, el

tío Chilandro o el tío Garay, que sustituyó al dicho rey mago pues; el de verdad se quedó lisiado en Barcelona, que es de dónde venían, por el puerto, por aquel entonces. A partir de ese año, por alcahuete, pues me quejé a mis padres, ya no recibí juguetes en los años siguientes. ¡Eso sí que era frustración de niño engañado y no lo de los pobres niños pijos madrileños, que con diseño de Ágatha Ruiz de la Prada, de Balenciaga, de Rabanne, de una cooperativa de trabajo social o de sastres y modistas autónomas, habrán recibido docenas de juguetes!

          Por cierto, en la Misa de Reyes celebrada por el Santo Padre, hace de rey mago varonil, una joven mujer femenina disfrazada y nadie se ha escandalizado ni ha sido motivo de “chufla”. Está visto que aquí cada un@

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monta el belén como quiere y por según donde le viene el aire, como la familia aquella, con dos hijos, que viajaba con un burro. No se sabe cómo acertar. Si van los cuatro montados, pobre burro, que maltratan al animal; si monta solo el padre, machista y patriarcal; si montan solo los críos, que les dan vicios y así salen; si va la mujer y el marido montados, pobres zagales, vaya padres desnaturalizados que tienen; si monta sola la mujer “vaya figa que tiene la camandulera“y si no monta ninguno, que son tontos los cuatro.

          A mí me gustó la cabalgata de Samper, y no sé si había pajes o reyes del sexo femenino ni me importa; ni si faltó a la cita el verdadero Baltasar y pintaron con betún a un figurante caucásico de raza pura celtíbera, o si entran en la Iglesia o solo se quedan en la Plaza; a los pequeños también les da lo mismo, pues viven los reyes como lo que son: una narración fantasiosa para despertar su curiosidad e imaginación que irán desenvolviendo con estas cosas hasta que les entre el conocimiento pleno, si es que les entra, que es un suponer. Ellos no sufren mientras les traigan algún juguete salvo que sus padres o abuelos les laven el celebro con sus prejuicios doctrinarios de cualquier tipo.

          Eso sí, los reyes tuvieron que hacer pronto el recorrido, entregar los juguetes rápido y marcharon a escape a otros pueblos; vinieron en tren y los bajaron al pueblo con tractores; se ve que los camellos y caballos no se quieren utilizar, no sé si porque son más lentos (hay que adaptarse a la modernidad) o, como quieren muchos, para no maltratar a los animalicos, que a las bestias, sí que se les dan ahora fueros; más que a los chicos de antes. ¡Como que ahora, morder a un perro por la calle, tiene más delito y es más noticia que pegarle a un padre! No sé a dónde vamos a ir a parar.

          Tampoco me importa el diseño; aquí se nos ha metido el Papa Noel, en chándal, que parece que va a esquiar a Valdelinares y nadie se queja; los llevan por todos los grandes almacenes, nos los meten por la chamineras en la Noche Buena, nos lo han impuesto los herejes y consumistas protestantes y no adora al niño Jesús ni nada.

          Creo que la alcaldesa de Madrid ha tomado nota y no hará ya una cabalgata que no le guste a la gente (eso ha dicho), que quita votos; no porque se fuera a enfadar la Sagrada Familia, que después del oro, del incienso, la mirra y todo los productos que le han llevado los vecinos del pueblo o ciudadanía, están contentos; les han dado casa, san José se establecerá de carpintero y la Virgen hará faenas por las casas. El próximo año saldrá la alcaldesa de Madrid de ángel mensajero (o ángela mensajera), lo mismo da, pues los ángeles no tienen sexo; pero como se le ocurra acudir al pesebre en bicicleta como los mensajeros ecologistas, la volverá a liar.

Las Reinas Magas de Occidente: Libertad, Igualdad y Faternidad.

La guerra de las cabalgatas explicadas para aclararse un poco.