En verano, al llegar el atardecer y durante
generaciones, hemos salido a tomar la fresca en la esquina de nuestra casa
frente a la boca del caño de la Acequia Nueva, ésa que hicieron los moros y
cruza el pueblo por debajo.
Después de pasar un buen rato con Ramoncico, el
pajarico para los amigos, charrando sobre mi abuelo habanero y su pata de palo
y de su padre el tío Perico el guardia de montes, comiendo unas salmueras y
bebiendo moriles fresco y algún clarete de Samper me fui a la esquina de mi casa.
Sentado en la silla con el respaldo hacia delante
y con la modorra del moriles, me
sondormí. Al rato noté una brisa en el
pescuezo que medio me espabiló, volví a sondormirme y otra vez la brisa, empecé
a mosquearme un poco y entonces recordé que ya era el tercer verano que me
ocurría esto. Nunca le había dado
importancia pero esta vez era distinto y con más fuerza que otras veces.
De repente y de sopetón oí HOLA HABANERO. Sentí un escalofrío desde la
foeta hasta la punta de los pies, me quedé tieso como un palo de escoba, poco a
poco fui reaccionando, miré a los lados
estaba solo. Segundos después volví a
escuchar
D – TRANQUILO HABANERO que soy buena gente como
todos los de por aquí
Cuando
salí de mí asombro y recuperé la voz dije
H - ¿Quién
eres? Ponte a la vista
D – Ni
me ves, ni me verás. Soy el duende de los Caños y de las Cañas
H – Vaya
eso es lo que me faltaba por oír en esta vida ¿Será que hemos cargado con el clarete?
D – No, no, que estás bien cuerdo. Tú no “cargas el
carro” que te conozco bien desde chico
H – Vamos a ver si nos entendemos. Esto no es normal, no se asusta al personal
sin ton ni son.
D – Eh! Que los duendes somos buena gente.
H – Vale, ya que esta martingala de ir espantando al
personal y partiendo de la base de que somos buena gente ¿por qué no entramos
en harina y me dices lo que quieres?
D – Charrar como haces con tus vecinos.
H – De acuerdo, charremos. Dices que me conoces desde que era zagal..
D – Conocí a
tu abuelo, a tu padre, a todos los de la calle y a todos los del pueblo, pues
siendo el duende de los caños y de las cañas lo recorro todo, desde el pantano
de Oliete – Cueva Foradada- hasta la desembocadura del Martín en el Ebro, en
Escatrón
H – Vale, vale.
Ya que sabes tanto de nosotros, cuéntame sobre tí, dónde te albergas,
cómo vives, cuántos sois….también me intriga como te las arreglas con el
colesterol, el azúcar, la tensión, la próstata,……vamos con todas estas
monsergas que nos afectan a nosotros ya que vosotros os hacéis muy viejos ¿no?
D – Ja, ja, ja
¡pues no preguntas pocas cosas Habanero!
Entiendo que tienes razón ya que he sido yo quien
ha empezado esta relación amistosa
Por las noches me gusta albergarme en los caños y
entre las cañas según haga frío o calor, a veces el puñetero cierzo mueve las
cañas y me dificulta el paso.
Me albergo en tres caños
El de Urrea de Gaén que pasa por debajo del
pueblo, lleva mucho agua , es la acequia
Gaén
H – Si a ese
caño lo nombró hace unos días Toño en su blog
D – El segundo está en Híjar, es una acequia pequeña
que empieza cerca del cementerio y pasa por debajo de un lateral del pueblo,
después de regar unos huertos, sale a la acequia Vieja de Samper.
El tercero es éste, el de tu casa, el de la
acequia Nueva.
En invierno, éste es el que más me gusta pues
tiene buena temperatura y en verano, buena fresca. Por éste no pasa agua, está cerrado con
tierra, no sé a santo de qué. Bueno eso
los capitostes del sindicato de riegos sabrán por qué. Yo no me meto en esas retolicas.
Algunos días subo al pantano de Oliete a
zambullirme pero en invierno hace más frío que aquí y apenas subo.
Al pasar por Albalate saludo a.la Virgen de
Arcos.
En Urrea también estoy a gusto ¡ojo si hay
cañares!. Cortan las
cañas, las tratan y las exportan a otros países de Europa
y son un buen negocio.
A veces los duendes habitan también en los viejos árboles |
Al llegar a la Cruz Cubierta de Híjar, que es un
espartidero de aguas, puedo ir por los dos ramales en que se divide la acequia
Gaén, el que pasa por la Venta del Barro riega la huerta de Hijar y de La
Puebla y hace años proporcionaba agua a la Azucarera .
El otro ramal pasa cerca de las ruinas del
convento de los frailes y riega huertas de Híjar, La Puebla, Jatiel, Castelnou
y Escatrón y así es como llego otra vez al Martín.
Pero es en el caño de Samper donde más me gusta
estar, paseo de un lado a otro del pueblo.
Antes había un portillo frente a la carpintería
de los espeses al que iban las mujeres a esbandir la ropa y a fregar la
vajilla. Luego salgo a la esquina de los
cebaderos y a la enfila del hospital para llegar a la Pila Gorda, que tampoco
está. Ahí han hecho unas casas nuevas y
majas.
En la Pila Gorda abrevaban las caballerías... Junto al arco de San José, Putin esquilaba las caballerías, también
estaba la tienda y la peluquería de las Gregorinas, la guarnicionería de Bartolico y en esa misma redolada estaba
la herrería del Estopiñán que ahora es taller. Además en ese trozo del brazal
bajaban a fregar las mujeres de esa parte del pueblo.
¡Cómo me gustaba estar por allí! Me enteraba de todas las retolicas y chismes
del pueblo.
En el caño ahora hay paz y tranquilidad pues allá
por los setenta, el Sindicato de riegos acometió unas reparaciones y mejoras en
el cauce que si no las hubiesen hecho, ya se habría esculau, y aún así,
¡Peligro, Peligro! Ahora nadie se ocupa de él.
En Semana Santa el ruido y el estrapalucio de
tambores y bombos me hacen salir por el pozo caracol, subo por el Zafranar y la
filada de Nuestro Señor llego cerca del Calvario y veo la procesión de subir
las Imágenes y tengo que reconocer como dicen ahora una estampa plástica muy
maja, el toque de los tambores y bombos se llama de las “ imagenes” También me
gusta oir el Himno Nacional que tocan los alabarderos cuando la Cama entra en
el calvario-
Al volver a la entrada del caño me subo a la
morera y desde allí me divierto con las retolicas y cachondeos de tu cuadrilla
en la “cueva”. Ah! Y veo que no sois
herejes pues la primera noche en la recena, no coméis carne, ni jamón, ni
embutidos y eso demuestra que sois de la “escuela” de la tía Dolores y de la
Josefina.
Al salir de la recena a algunos les tiemblas las
garras, otros farfullean y a otros les cuesta coger el toque
H – Vaya, vaya
pues no te gusta charrar poco! Aún me
quedan muchas preguntas por hacer…
¿Es verdad que llegáis a vivir más qué los
cuervos que a los 200 años aún son kintos mozos?
Eso lo leí en internet hace unos días y que en
algunos lugares os llaman gnomos y hadas.
Bueno como nos vamos a llevar bien, qué te parece
si nos juntamos dos veces al año a charrar, te invitaremos a salmueras, banderillas
, unos tragos de clarete de Samper y cerveza.
D – Me parece
genial, voy a decirte un secreto, los gnomos y hadas que estamos desde Zaragoza
hasta el mar nos vamos a reunir, no te digo ni cuándo ni dónde, lo dejo para la próxima
Ah! Se me olvidaba, dale recuerdos al amigo
Chuel, hombre sensato y cabal y dile que
sigo su blog palillero.
Poco después oí una voz familiar que me llamaba a
cenar y sentí una brisa fresca que me rozaba y pensé “hasta que quieras Duende de los Caños y de
las Cañas.
Media
peseta de moralina
“Siempre hay un ojo que todo lo ve”
Autor.-
José Antonio Espés Sevil. (Habanero)
Buen articulo inventado , como todos los que hace José Antonio Espes, antiguo rival mío en aquellos tiempos mozos , cuando jugábamos al fútbol.
ResponderEliminarLa verdad es que los artículos que has escrito me han gustado mucho, como ya dije en otro comentario son de los que llegan a la gente llana.
Además has hecho un recorrido por los pueblos del bajo Martin, en los que pasa el río
Sigue así Josè Antonio
Estupendo cuento.Leerlo hace que despierte en nosotros, por un momento, el niño/a que fuimos hace tantos años...y que nos cuesta recordar.
ResponderEliminarNo te hagas tanto de rogar y comparte con los lectores de Samper Palillero tus habilidades para la ficción.
Jose Antonio, como compañero del "rosco" se las muchas horas que desperdiciamos en nuestro trabajo, casi todos. Digo casi todos porque en tus narrativas se ven las muchas horas de lectura y la claridad de la mente.
ResponderEliminarEs una lastima que en Samper no editeis un libro o "librico" para empezar, narrando historias como las tuyas.
Llenas de recuerdos de antaño.
Ten por cuenta que si llegaseis a editar uno, aquí tendrías a un asiduo lector.
Te felicito por tu trabajo "Habanero".
Un abrazo.
Casi se me olvida leer tu artículo "Habanero". Ya me disculparás la tardanza. Siempre que he leído lo que escribes me ha gustado pero hasta ahora nunca me había decidido a dejar mi comentario así que esta vez he dicho, ala a escribir!!!
ResponderEliminarEl artículo me ha gustado por motivos varios.
Por un lado aparecen palabras poco habituales en el lenguaje escrito como retolicas, estrapalucios, foeta, farfullear.
Por otro haces un recorrido ficticio por la Gaen que para los que somos del Bajo Martín resulta majo. También recorres partes Samperinas, como no podía ser de otra forma, que también resultan entrañables. En mi caso me viene a la memoria estar jugando de zagales por la entrada del caño y tirar una pelota para ir a recogerla por detrás de Hospital cruzando unas cañas en la acequia.
En fin que esperaremos que el duende te vuelva a contar más cosas, ya sabes que para eso el clarete de Samper y la fresca son necesarias. Un abrazo