Comentario: comprar a los chinos.

Después del 1º de mayo todos hablan de un pacto de Estado ¿para qué? ¿Alguien lo sabe? ¿Para seguir con la  reforma laboral, para profundizar en el abaratamiento del despido? Para recuperar la inversión pública o para continuar con los recortes y la austeridad?

¿Cuáles son exactamente los términos del pacto de las que muchos hablan y nadie concreta?   

¿Cómo podrá un pacto generar empleo en un país donde la recesión sigue avanzando? ¿Cómo salir de la recesión cuando el Gobierno no controla la política monetaria, y pinta menos en las decisiones económicas que "pichorras en Pastriz”?

¿Pactar entre quienes no tienen capacidad de decisión? Gobierno y agentes sociales, o sea, partidos, sindicatos y empresarios ¿pero, que se han creído, que tienen poder, qué pueden decidir algo?

El problema es que no somos ya una nación, ni un estado; no tenemos soberanía. Pero, ¿es que todavía no nos hemos enterado? 

“CHOCOLATES HUESO” se va de Ateca, es decir de Aragón, de España. Se va a Polonia.

Entre los principales productos de esta multinacional que se encuentran en España se incluyen los chocolates Milka, Suchard y Toblerone, las galletas Oreo, Belvita y Fontaneda, los quesos Philadelphia y El Caserío, los postres Royal, los cafés Tassimo y Saimaza, los chicles Trident y los caramelos Halls.

En Calatayud, cierra Kimberli-Clark, con 25o empleos perdidos.

En Polonia, como en toda Europa del Este, los países emergentes y del tercer mundo, hay todavía una legislación peor que en España en las siguientes materias:

Salud Laboral.

Medio ambiente y contaminación del entorno de las empresas.

Contra la competencia desleal entre empresas.

Derechos sindicales y demás legislación laboral.

Derechos y defensa del consumidor y usuarios.

Hacienda Pública y Seguridad Social.

Cobertura de paro y de pensiones.

De ahí que la antigua y señera factoría de “chocolates Hueso”, se quiera ir al extranjero dejando, en Ateca, 124 parados. Es un goteo continuo, pero no de ahora; hace ya varias décadas que viene dándose, sigue y no se acabará, porque a pesar de las continuas reformas laborales, a peor para los trabajadores, siempre estaremos por encima de los demás países emergentes: No podemos ser competitivos en un mercado libre. No podemos competir con la miseria

Además no podemos asumir sicológicamente esta situación porque va en contra de la educación que se nos ha dado y de la propia estructura ideológica de la cultura dominate. No estábamos preparados para esto. 

No es esto lo que nos decían del capitalismo popular y del desarrollo perpetuo, no es lo que nos esperábamos.

Compramos más barato; pero sin garantía, destruyendo los puestos de trabajo productivo. Solo somos un país de servicios. Eso es imposible de sostener.

La desindustrialización de nuestro  país y el abandono de la agricultura y todo el sector primario (es decir de los sectores productivos), nos llevará al paro crónico y a la miseria. Pero los que mandan no se dan cuenta. Se están cargando su mundo, su propio sistema; cuando se enteren ya será demasiado tarde.