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Hijar ha recuperado a “cipote”: “eres más tonto que cipote”, o cipotegato; “cipote cara de gato”. Hay quien se ha cabreado porque dice que
esto es un invento pseudohistórico propio de los hijaranos, pero Hijar tuvo
dance y se recuperó o, también, dulzaineros, como en todo Aragón y se ha
recuperado; eso sí, como toda tradición que se recupera, adquiere una dimensión
nueva, pues al unirse a la actualidad lo que se considera que fue rigurosa
tradición, sale algo nuevo, no puede ser de otra manera, siempre fue así.
La síntesis, a veces es
mediocre, a veces muy creativa.
Si vinieran nuestros tatabuelos
a ver la Semana Santa actual de Samper, se escandalizarían, aunque solo fueran
por ver a adolescentes de sexo femenino salir a tocar por las noches. Con
descaro. Sin embargo a nosotros nos parece ya de lo más tradicional y por
supuesto ha ganado muchísimo. O, quien sabe, si como dicen algunos (pocos)
hijaranos, Samper nunca tuvo Semana Santa con tambores hasta después de la última
guerra civil, y que se la copiamos a ellos.
A mí me da igual, como me da
igual si tuvieron o no cipotegato los hijaranos (que creo que sí). Como soy libre pensador, escéptico
y relativista moral, me da igual “arre”, que
“pasallá”, que “uesque”; lo importante es no estarse quieto, no parar, o sea, no
decir nunca “só”. “Ya te apartarás tú”.
En Samper tuvimos carnaval y
personajes que pasaron a la memoria colectiva, como los “esquilones” y los
“mangritones”. Todavía decimos, de manera despectiva, “es un esquilón”, o vaya
“mangritón”.
Actualmente se ha recuperado
el carnaval, pero el carnaval moderno no tiene nada que ver el antiguo de
Samper; El carnaval actual esté copiado del renacentista italiano, del brasileño,
el de Las Palmas o Cádiz. El Carnaval de Samper era de raíces mucho más
antiguas y peculiares, propias del norte de España (quizás el cipotegato
provenga de ahí), pero con el paso del tiempo, en muchas localidades, y sobre
todo con el advenimiento de las clases urbanas burguesa se fue introduciendo el
moderno. Que también es un carnaval. Más vistoso, más voluptuoso,
más caro y, como toda fiesta o acontecimiento tradicional que se exalta hoy en
día, orientado al consumo y a la promoción del turismo.
Esa es la realidad; Tenemos
que ser sinceros y no engañarnos a nosotros mismos.
O sea, ha vuelto el “tonto
cabeza de gato” y volverán los “mangritones”. Es ley de vida. Les tiraremos
tomates y hortalizas o bailaremos con ellos. Según vengan dadas.
Pero que tontos...
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