El concejo municipal
Escribí hace tiempo que no sería malo que las responsabilidades se repartieran entre todos los concejales del ayuntamiento, es decir, entre los siete miembros que lo componen; salvo que alguno de los grupos minoritarios no quisiera, y siempre, de acuerdo con los apoyos electorales recibidos por cada uno de esos partidos.
No creo que
sea bueno para el pueblo reproducir en una localidad tan pequeña las usanzas de
un parlamento; un consistorio diminuto como nuestro pueblo es de una naturaleza
radicalmente distinta. Las ciudades son otra cosa y se parecen más a un
parlamento autonómico, por ejemplo, Zaragoza. Samper es poco más que una
comunidad de vecinos, con más patrimonio (por supuesto) y mucho residente no
empadronado que paga sus impuestos, pero no deja de ser un microcosmos en el
ámbito territorial.
Yo no confío
que el reparto de tareas se vaya a llevar a cabo a pesar de que tanto el PP como
Ganar IU de Samper lo pidan. Antes de decir porque, diré que el triunfo
electoral del PSOE local -no se si por cuarta o quinta vez-, es legítimo; no soy
partidario de ciertas opiniones, que a veces escucho, de que la victoria del
PSOE se deba a que los votantes de este pueblo son tontos; el concepto de enajenación
o alienación ideológica ha cambiado mucho desde la época la “Restauración
Borbónica” donde, en las zonas rurales, persistía el caciquismo ancestral y
subdesarrollado; ahora las formas de influir en la gente son más sofisticadas y
complejas; tampoco creo en que la repetidas victorias electorales del PSOE de
Samper sea debido al clientelismo de su alcalde. A pesar de los bocadillos del
Día del Choricé y de la deplorable ansiedad por comerse las viandas en la
Placica durante las fiestas de Santo Domingo, esto no determina los votos en unas elecciones (allí estábamos votantes de todos los partidos comiendo
golosamente, por supuesto de Ganar, PP y VOX (hasta algún ácrata abstencionista
vi comiendo y bebiendo a la salud del santo -supongo-, pero no del alcalde). En
todo caso, se vota por quienes creemos que defiende mejor nuestros intereses
(aunque estos sean erróneos, según nuestro punto de vista, o insolidarios) o
por discriminación ideológica, o por votar a quien creemos menos malo, aunque
no nos guste ninguno o por fobia a quien gobierna. Vivimos una sociedad muy
individualista, a veces contemporizadora y corporativa; egoísta en algunos
casos, pero no analfabeta ni feudataria como en los tiempos de nuestros abuelos
y bisabuelos.
Y digo que no
se conseguirá que las responsabilidades en el ayuntamiento se repartirán porque
Alfonso tiene brindado el salario para dedicarse a casi todo, cosa que ninguno de
los concejales, ni de su propio partido, tienen. Su situación es cómoda; los
concejales de su partido solo irán a los plenos a levantar la mano y pocas responsabilidades importantes quedan para los suyos; a los de la oposición no les van a dar ninguna, los/as del PP y de IU Ganar ya pueden decir misa que perderán las enmiendas o propuestas que
presenten. Del orden del día de las reuniones se enteran al mismo tiempo que los que lo leamos en el tabón de anuncios porque no participarán en su elaboración. El debate no existirá, y si existe será bronco y crispado.
Se lo podría
pensar; pues aunque el PSOE sacó la mayoría absoluta de concejales debido al sistema
electoral, tuvo menos votos que el conjunto del PP, Ganar y VOX, o sea, que su
peso electoral ha ido disminuyendo y no tiene la mayoría del cuerpo electoral samperino
a su favor, que votó a otros partidos (esto no se puede obviar); la crítica a
las actuaciones llevadas a cabo por el ayuntamiento, sobre todo las que tienen
cierto peso económico, van en aumento, más que por si son buenas o malas,
porque no se entienden o no se informa adecuadamente a la ciudadanía aunque,
eso sí, muchos electores que votan a la derecha en las autonómicas y en la
generales, siguen votando al PSOE en las municipales, que no deja de ser un
tanto a favor del PSOE local. Sus detractores también tienen que analizar este
factor, sobre todo los del PP ¿Pero, hasta cuando?
Y más, además, y sin despreciar a la oposición anterior, ahora tiene unos concejales/as con más información, formación, juventud y ganas de trabajar y de tocar las narices con argumentos, no sé si certeros, pero si razonables. Se lo van a poner más duro en esta legislatura, sobre todo en lo de la transparencia, que es el punto débil de este ayuntamiento, aunque ni el alcalde ni los concejales del PSOE parecen que son conscientes de ello.
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Pero que bien escribe este chico
ResponderEliminarEs lo que hay
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