A Zaragoza
en Común (ZeC), la plataforma ciudadana que gobierna la ciudad de Zaragoza, le
crecen los enanos, los gigantes y los cabezudos.
Fue la segunda
fuerza electoral, en las pasadas elecciones municipales, sobrepasando incluso
al PSOE. Un arrebato de entusiasmo nos sobrecogió a todos los que habíamos
votado por esta alternativa que le catapultaba para sustituir a los partidos de
la “casta” que han estado gobernando la ciudad a las órdenes de los poderes
fácticos locales, que es tanto como decir regionales: Las cajas y sectores
financieros de la región en decadencia ya, pero todavía muy influyentes; los inversores
inmobiliarios que han hecho de su capa un sayo durante décadas, con la
especulación en el ladrillo y destruyendo una de las ciudades con mayor
patrimonio urbano histórico de España; los medios de comunicación, El Heraldo,
El Periódico, TVA, al servicio de las elites económicas, se escandalizaron y
siguen escandalizados.
Las fuerzas vivas están que se salen |
El ataque
mediático al gobierno de la ciudad es continuo, diario y encarnizado, con
notable eficacia a la hora de transmitir a la ciudadanía la incompetencia del
alcalde de la ciudad y del equipo de gobierno.
El PSOE
local, más que casta, descastados, recrearon durante sus mandatos las mejores
artes del clientelismo municipalista. No tuvo más remedio que apoyarles en la
“investidura”, pero sin convención. Una CHA desdibujada, un PAR que no existe
en la ciudad, un Ciudadanos sin líderes con carisma en Aragón y que ya ha
abandonado el programa regeneracionista como no sea su visceral anticatalanismo
al estilo del antiguo “Lerrouxismo” y un PP de la ciudad que nunca ha hecho
nada cuando ha gobernado el Ayuntamiento y solo sabe criticar a los demás cuando
no gobierna y espera que, de los errores de los otros, a lo mejor, a lo mejor, “me
toque a mí la mayoría” que la tiene, pero la minoritaria; No tiene mucha
suerte.
Sin
embargo, ZeC, también ha cometido errores, aunque no veo (y ya toca), el hacer autocrítica
sincera o reflexión profunda. Está en una situación de gran debilidad, y no
todo puede ser debido a la maldad de los demás y al poder de los medios de
comunicación. Tendría que preguntarse, esta fuerza política, si fue correcto el
coger la gobernanza de la ciudad estando en minoría o no haberla dejado cuando vio
que tenía, de manera muy radical, a la mayoría del pleno en contra.
Quizá
debería haber seleccionado sus batallas más hábilmente, pero desde el primer
momento se enredó en cuestiones importantes para un movimiento político pero
secundarias en una acción de gobierno en la que no se tiene la mayoría
municipal. Algunas pueden ser notables, pero le han traído mala prensa entre
los ciudadanos del común, a esos a los que dicen representar pero que no las
entienden por vanguardistas. No me refiero a temas zafios sacados por la
derecha como lo de la “gomina” que es irrelevante, sino a otros como el cambiar
de nombre, si o si, al Pabellón Príncipe Felipe, que les debilitó ya desde el
principio, o el no dejar sacar la galera con mulos en la Cabalgata porque eso
es maltrato animal, una cuestión que fue ridiculizada y objeto de mofa en los
ambientes populares, incluso de su propio electorado, más de lo que ellos creen
(o les da igual -los temas de principio son de principio-, como
seguramente dirán), o el último, el de los calendarios de bomberos, poco
entendible en un segmento social que les votó pero que viene resabiado de las
censuras y represiones mojigatas del franquismo, y pues a lo peor, nos hemos
quedado muchos, o eso parece, rezagados de la vanguardia del pensamiento
crítico, alternativo y, sobre todo, posmoderno.
La pérdida
de juicios, con los gastos que conlleva, debilita a una fuerza política porque además
le esta dando una imagen de incompetencia, aunque alguno se ha ganado y en la
mayoría estoy de acuerdo en que se haya realizados si se tiene la
responsabilidad de gobierno y se es decente, porque la mierda con las contratas
y empresas, son de las que huelen; muy fétidas. Y lo de la destrucción del
patrimonio industrial zaragozano por intereses urbanísticos, apoyado por la
mayoría del Pleno; eso no tiene nombre. Sin embargo, a la mayoría de la
ciudadanía de la Inmortal ciudad, que quieren mucho a “su Zaragoza”, les
importa un bledo. El único monumento o patrimonio que interesa (por su
simbología, no por su calidad artística), es el de la basílica del Pilar (que
no está mal), lo demás les importa un bledo. Hasta si hubiera que tirar la Seo
para que circularan mejor los coches, lo aplaudiría la ciudadanía. Y la
ejemplar restauración y conservación del Mercado Central, no quiero ni pensar
si hubiera un referéndum para decidirlo. Desde que se tiró la Torre Nueva por
la burguesía inculta de esta ciudad (también ha habido ilustrada, pero con
escasa influencia política), no se han hecho más que destrozos urbanísticos en
Zaragoza, no solo de edificios antiguos; incluso se han derribado notables
edificios emblemáticos modernistas.
Y luego
lo de las huelgas de servicios en las fiestas del pilar. Para los que
defendemos la libertad de huelga, es todo un reto; idealizamos el movimiento
sindical pero el movimiento sindical también ha tumbado gobiernos progresistas.
El sindicalismo corporativo es muy fuerte y a veces aparece incorporado (quizá
inconscientemente) en los llamados sindicatos de clase, y en los muy
anticapitalistas y radicales a veces con más peso.
En pasadas fiestas del Pilar
se resolvió bien, con mucho trabajo y con inteligencia, y la gestión de las
fiestas también a pesar de que venían mal dadas con mucha agresión por parte de
la oposición, que según decían, este alcalde quería acabar con la ofrenda y
tirar la virgen al río. Al final terminó el alcalde con los peones ordenando
los ramos, cosa que no he visto hacer a ningún alcalde. Ni a Belloch, con todo lo
campechano que era. Este año vienen igual de mal dadas que las anteriores; yo
diría que peor. Lo del pabellón, lo de las peñas, no parece que sea inocente, y
lo del Real Zaragoza, S.A…, que quiere que se le trate como a una ONG, se le
deje el campo gratis y se le financie las deudas.
La batalla empezará en el Pregón y veremos como acaba |
Volverán a las pitadas en el
pregón a ver si revientan el acto. Y, por si fuera poco, amenaza una huelga de
tranviarios. ¡Bueno, pues como no les recen a la Virgen y le lleven frutos no sé
cómo le va a ir!
Como solo
soy simpatizante del gobierno de Zec o de cualquiera parecido que salga
alternativo a este, me atrevo a decir que no creo que saque los resultados de
la pasada convocatoria. A mí me da igual pues soy medio anarquista, aunque le
critico lo que yo creo que es su inmadurez en algunas cuestiones, creo que es el
equipo de gobierno municipal más honesto y decente que ha tenido Zaragoza. Pero
lo veo en la oposición, salvo que pudiera unirse a un PSOE local más regenerado
que lo que hay ahora. No pasa nada. Lo
que me preocupa es que muchos y muchas activistas y votantes fieles se
desmoralicen por haberse dado unas expectativas exageradas y se acabe culpando
a la gente de que está alienada o es tonta, que es el recurso con que acaban
siempre los políticos cuando pierden, sean de la casta dirigente o la de los
plebeyos.
Cambiar a
mejor y democráticamente la política institucional en un país de bribones,
pillos y trúhanes como el que nos toca vivir, no es fácil, o te integra el
sistema (te compra) o te expulsa por hereje.
Aunque se vistan de baturros y se retraten con la Virgen, dirán que son afrancesados |
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