domingo, 23 de septiembre de 2018

ArtiCulo. Cuando los comunes son muy de vanguardia y posmodernos.


          A Zaragoza en Común (ZeC), la plataforma ciudadana que gobierna la ciudad de Zaragoza, le crecen los enanos, los gigantes y los cabezudos.
          Fue la segunda fuerza electoral, en las pasadas elecciones municipales, sobrepasando incluso al PSOE. Un arrebato de entusiasmo nos sobrecogió a todos los que habíamos votado por esta alternativa que le catapultaba para sustituir a los partidos de la “casta” que han estado gobernando la ciudad a las órdenes de los poderes fácticos locales, que es tanto como decir regionales: Las cajas y sectores financieros de la región en decadencia ya, pero todavía muy influyentes; los inversores inmobiliarios que han hecho de su capa un sayo durante décadas, con la especulación en el ladrillo y destruyendo una de las ciudades con mayor patrimonio urbano histórico de España; los medios de comunicación, El Heraldo, El Periódico, TVA, al servicio de las elites económicas, se escandalizaron y siguen escandalizados.
Las fuerzas vivas están que se salen
          El ataque mediático al gobierno de la ciudad es continuo, diario y encarnizado, con notable eficacia a la hora de transmitir a la ciudadanía la incompetencia del alcalde de la ciudad y del equipo de gobierno.
          El PSOE local, más que casta, descastados, recrearon durante sus mandatos las mejores artes del clientelismo municipalista. No tuvo más remedio que apoyarles en la “investidura”, pero sin convención. Una CHA desdibujada, un PAR que no existe en la ciudad, un Ciudadanos sin líderes con carisma en Aragón y que ya ha abandonado el programa regeneracionista como no sea su visceral anticatalanismo al estilo del antiguo “Lerrouxismo” y un PP de la ciudad que nunca ha hecho nada cuando ha gobernado el Ayuntamiento y solo sabe criticar a los demás cuando no gobierna y espera que, de los errores de los otros, a lo mejor, a lo mejor, “me toque a mí la mayoría” que la tiene, pero la minoritaria; No tiene mucha suerte.
          Sin embargo, ZeC, también ha cometido errores, aunque no veo (y ya toca), el hacer autocrítica sincera o reflexión profunda. Está en una situación de gran debilidad, y no todo puede ser debido a la maldad de los demás y al poder de los medios de comunicación. Tendría que preguntarse, esta fuerza política, si fue correcto el coger la gobernanza de la ciudad estando en minoría o no haberla dejado cuando vio que tenía, de manera muy radical, a la mayoría del pleno en contra.

          Quizá debería haber seleccionado sus batallas más hábilmente, pero desde el primer momento se enredó en cuestiones importantes para un movimiento político pero secundarias en una acción de gobierno en la que no se tiene la mayoría municipal. Algunas pueden ser notables, pero le han traído mala prensa entre los ciudadanos del común, a esos a los que dicen representar pero que no las entienden por vanguardistas. No me refiero a temas zafios sacados por la derecha como lo de la “gomina” que es irrelevante, sino a otros como el cambiar de nombre, si o si, al Pabellón Príncipe Felipe, que les debilitó ya desde el principio, o el no dejar sacar la galera con mulos en la Cabalgata porque eso es maltrato animal, una cuestión que fue ridiculizada y objeto de mofa en los ambientes populares, incluso de su propio electorado, más de lo que ellos creen (o les da igual -los temas de principio son de principio-, como seguramente dirán), o el último, el de los calendarios de bomberos, poco entendible en un segmento social que les votó pero que viene resabiado de las censuras y represiones mojigatas del franquismo, y pues a lo peor, nos hemos quedado muchos, o eso parece, rezagados de la vanguardia del pensamiento crítico, alternativo y, sobre todo, posmoderno. 
          La pérdida de juicios, con los gastos que conlleva, debilita a una fuerza política porque además le esta dando una imagen de incompetencia, aunque alguno se ha ganado y en la mayoría estoy de acuerdo en que se haya realizados si se tiene la responsabilidad de gobierno y se es decente, porque la mierda con las contratas y empresas, son de las que huelen; muy fétidas. Y lo de la destrucción del patrimonio industrial zaragozano por intereses urbanísticos, apoyado por la mayoría del Pleno; eso no tiene nombre. Sin embargo, a la mayoría de la ciudadanía de la Inmortal ciudad, que quieren mucho a “su Zaragoza”, les importa un bledo. El único monumento o patrimonio que interesa (por su simbología, no por su calidad artística), es el de la basílica del Pilar (que no está mal), lo demás les importa un bledo. Hasta si hubiera que tirar la Seo para que circularan mejor los coches, lo aplaudiría la ciudadanía. Y la ejemplar restauración y conservación del Mercado Central, no quiero ni pensar si hubiera un referéndum para decidirlo. Desde que se tiró la Torre Nueva por la burguesía inculta de esta ciudad (también ha habido ilustrada, pero con escasa influencia política), no se han hecho más que destrozos urbanísticos en Zaragoza, no solo de edificios antiguos; incluso se han derribado notables edificios emblemáticos modernistas.
          Y luego lo de las huelgas de servicios en las fiestas del pilar. Para los que defendemos la libertad de huelga, es todo un reto; idealizamos el movimiento sindical pero el movimiento sindical también ha tumbado gobiernos progresistas. El sindicalismo corporativo es muy fuerte y a veces aparece incorporado (quizá inconscientemente) en los llamados sindicatos de clase, y en los muy anticapitalistas y radicales a veces con más peso. 

En pasadas fiestas del Pilar se resolvió bien, con mucho trabajo y con inteligencia, y la gestión de las fiestas también a pesar de que venían mal dadas con mucha agresión por parte de la oposición, que según decían, este alcalde quería acabar con la ofrenda y tirar la virgen al río. Al final terminó el alcalde con los peones ordenando los ramos, cosa que no he visto hacer a ningún alcalde. Ni a Belloch, con todo lo campechano que era. Este año vienen igual de mal dadas que las anteriores; yo diría que peor. Lo del pabellón, lo de las peñas, no parece que sea inocente, y lo del Real Zaragoza, S.A…, que quiere que se le trate como a una ONG, se le deje el campo gratis y se le financie las deudas. 
La batalla empezará en el Pregón y veremos como acaba

Volverán a las pitadas en el pregón a ver si revientan el acto. Y, por si fuera poco, amenaza una huelga de tranviarios. ¡Bueno, pues como no les recen a la Virgen y le lleven frutos no sé cómo le va a ir!
          Como solo soy simpatizante del gobierno de Zec o de cualquiera parecido que salga alternativo a este, me atrevo a decir que no creo que saque los resultados de la pasada convocatoria. A mí me da igual pues soy medio anarquista, aunque le critico lo que yo creo que es su inmadurez en algunas cuestiones, creo que es el equipo de gobierno municipal más honesto y decente que ha tenido Zaragoza. Pero lo veo en la oposición, salvo que pudiera unirse a un PSOE local más regenerado que lo que hay ahora.  No pasa nada. Lo que me preocupa es que muchos y muchas activistas y votantes fieles se desmoralicen por haberse dado unas expectativas exageradas y se acabe culpando a la gente de que está alienada o es tonta, que es el recurso con que acaban siempre los políticos cuando pierden, sean de la casta dirigente o la de los plebeyos.
          Cambiar a mejor y democráticamente la política institucional en un país de bribones, pillos y trúhanes como el que nos toca vivir, no es fácil, o te integra el sistema (te compra) o te expulsa por hereje.
Aunque se vistan de baturros y se retraten con la Virgen, dirán que son afrancesados


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