PSOE, 5 concejales, con 342
votos, el 58,56%; PP, 1 concejal, 121 votos, el 20,72% de los votos; PAR, 1
concejal, 112 votos, el 19,18%.
Ya se empiezan a tomar
posiciones en Samper sobre las futuras elecciones municipales. En los foros,
en los comentarios…, se siente, se toca. El PSOE local suspira por mantener su
excepcional hegemonía; los partidos opositores, PP y PAR, aspiran a quitársela,
y los que no son de ninguno de los tres aspiran por ver si aparece una
candidatura novedosa; algo muy difícil en un pueblo tan envejecido como el
nuestro y cuya población va a menos.
Si hacemos casos de los
comentarios, “Pichilin”, estaría de capa
caída, Cuando se pregunta porque ya no cayó en las anteriores elecciones
locales, lo que suelen responder los opositores es poco agradable de oír para
los supuestos votantes de la candidatura socialista.
Es un lugar común, para
todos los simpatizantes de una corriente política, que cuando el pueblo vota
por otra opción política, se diga, a veces con poco disimulo, que la gente es
tonta, alienada o enajenada. En Samper, pues, para algunos/as, la mayoría de las
personas del pueblo llevarían unos cuantos años trastornadas; incluido yo que
voté repetidamente a la candidatura municipal del PSOE, algo que no hago a
otros niveles, porque ni la política general que defiende este partido ni su
ética, son de mi convencimiento.
La teoría de la alienación
política la popularizaron los marxistas aunque ya venía de más atrás, por
ejemplo de Hegel y otros filósofos, y aunque es verdad que se da, y que las reses pajentan donde las lleva el amo, también es verdad que el recurso de pensar
que quien vota al partido que no es el mío será porque los votantes están enajenados por culpa de los
medios de comunicación de masas, por los poderosos poderes facticos, por el
voto “cautivo” o clientelar, o por el populismo, puede ser un recurso facilón para satisfacer
nuestras frustraciones políticas, no reconocer nuestras debilidades, no hacermos
autocrítica ni reconocer que los nuestros, a lo mejor es que, aunque nos
identifiquemos con su ideario e ideología, son unos
“petardos”. O lo que es peor, pudiera ser que los que no son los nuestros,
hacen algo bien aunque no lo queramos reconocer. O simplemente que nuestros intereses o querencias no coinciden con la mayoría social.
La verdad es que en mi
pueblo, al contrario que a nivel autonómico, nacional o europeo, no distingo
mucho entre quienes son los míos o no y voto por aproximación ideológica, simpatía
personal, etc., así que no sé qué haré en las próximas elecciones municipales.
Me gustaría, que manteniendo la proporcionalidad de las listas presentadas para
que todos los partidos con un cierto apoyo electoral este representado en el
consistorio, estas listas fueran abiertas y que fuera alcalde el que mayor
apoyo tuviera, pero esto parece que es clamar en el desierto; los partidos
mayoritarios y muchos que no son mayoritarios, no quieren abrir las listas
porque creen que a lo peor la gente vota a los más tontos de su partido y excluyen a los más listos cambiándolos por los de otro y no se
dan cuenta de que por este camino cada vez la política democrática tiene menos
legitimidad y entusiasmo entre la gente.
Ya veremos, igual me animo y
no voto, aunque siempre digo eso y al final voy a votar. La verdad es que estoy
un poco alienado, cuando en realidad, lo que tendría es que estar indignado.
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