Los efectos de los intentos de separación de
Cataluña ya se empiezan a notar también en la “Franja”. Según la agencia de
noticias “Tontaina Esspres”, los efectos pueden ser demoledores pero no se sabe
por dónde se producirá la falla pues ni los propios nacionalistas catalanes
saben que pueblos de la “Franja de Ponent”, de Cataluña, se incluirán a un lado
u otro.
Tampoco hay unanimidad en los pueblos de la “Franja Oriental”, de Aragón, donde los voluntarios a acudir al seísmo empezaron a hablar en todos los idiomas; lapao, catalán, español, chapurriat, castellano, fabla, urdu y rifeño, los de estos dos últimos idiomas, peones de albañil (las autoridades hablaban en inglés criollo, por lo que el caos fue monumental).
Tampoco hay unanimidad en los pueblos de la “Franja Oriental”, de Aragón, donde los voluntarios a acudir al seísmo empezaron a hablar en todos los idiomas; lapao, catalán, español, chapurriat, castellano, fabla, urdu y rifeño, los de estos dos últimos idiomas, peones de albañil (las autoridades hablaban en inglés criollo, por lo que el caos fue monumental).
Los de Castellón se lo están pensando y no se
unirán a Cataluña a condición de que el tren de alta velocidad pase por la Virgen de la Balma
para unirse a la Travesía Central (para joder a los catalanes) e integrarse en el Camino de Santiago, por lo
que pasaría por Santa Quiteria. Es sin duda la mejor opción. Mientras los del
PP le echan la culpa a Zapatero y piden más dinero para Cataluña (los de Cataluña,
porque los del PP de Madrid están que trinan y no quieren soltar un duro).
Leer noticia en "El Periódico de Aragón".
La historia es así de rara;
hay cosas que me causan perplejidad por lo contradictorias o extravagantes. No
cabe duda que vivimos en un país singular o, cuando menos surrealista, y no
hace falta irse a la España profunda, a Puerto Hurraco; en Cataluña mismo, que
hasta hace poco era la más ilustrada, cosmopolita e internacionalista de las
regiones.
Me han llegado dos
fotografías, la una data de hace cuatro días; es el Camp Nou en 1992 “todos a una como Fuente Ovejuna”, con el ¡Viva
España! Y la bandera jojigualda de corona en el estadio. Me pregunto cuántos de
los que aplaudían entonces, fueron a la manifestación independentista última.
La otra es ridícula,
blasfema para cualquier cristiano que se lo crea de verdad. Circula por las
redes como corolario de la cerebración de la beatificación de los mártires de
la Cruzada Nacional.
No me identifico con ninguna
de las dos, por llevar la contra. Y con el nacionalismo catalán tampoco, que
soy más excéntrico que toda esta gente rara.
Si no fuera que cobro del
Estado, me haría anarquista.
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