sábado, 16 de febrero de 2013

Comentario: Modificaciones en la Ley de Régimen Local.



Dentro de poco solo se llamará Alcaldía.

La crisis económica se va a cargar también uno de los iconos de nuestro imaginario político, como es “EL MUNICIPALISMO”. No digo que esto sea bueno o malo (no lo tengo claro), simplemente que se va a acabar.


Lo que más me llama la atención es la facilidad con el que la derecha -tanto el centro derecha liberal, la democristiana o la extrema derecha clásica española-, tienen para cambiar de opinión sin que se rasguen las vestiduras como debería ocurrir en unas corrientes ideológicas conservadoras. Y es que los conservadores se han vuelto últimamente muy revolucionarios y rupturistas.



El municipalismo español viene de la Edad Media, promovido por el "pueblo llano": los villanos labradores acomodados de los pueblos, conversos marginados, artesanos y las burguesías de las ciudades. Adquirió carta de naturaleza en las Cortes de Cádiz y fue promovida, esta ideología, por el regeneracionismo político y económico de los siglos XIX y XX, tanto del conservador como del progresista. El franquismo lo recogió (a su peculiar manera), como recogió, con toda su "jeta", a la emergente ideología liberal nacionalista española y al sindicalismo obrerista de la izquierda. 


Hace cuatro días, como quien dice, si a alguien, con criterio jacobino, se nos ocurría criticar el irracional y obsoleto sistema municipalista español, se nos tildaba de anti españoles y no demócratas, por casi todos los grupos políticos, especialmente de la derecha de todos los colores y también por una izquierda que, en este tema, está todavía con los mitos e idealismos del “pre-democraticismo” feudal. 


Lo malo es que lo van a quitar porque lo “manda Europa”, según dice este gobierno servil. Y lo van a sustituir ¿“porqué”? ¡Ni lo saben! Parece ser que por las diputaciones provinciales, que en algunas comunidades están muy desprestigiadas por su pasado y presente caciquil.


De paso se quieren cargar las comarcas que en algunas comunidades gozan de legitimidad, o las mancomunidades que todo el mundo reconoce que han funcionado bien y podían ser la alternativa racional al municipalismo decadente, convirtiéndose estas y las comarcas en los nuevos términos municipales. Mientras que los pueblos, pequeñas y medianas ciudades y distritos de las grandes metrópolis podrían ser pedanías o entidades locales menores. Algo que ya se ha hecho en algunos países del nuestro entorno y el norte de Europa.


Pero nos dicen que con estas medidas antimunicipalistas hechas por decreto-ley, con improvisación, nocturnidad y alevosía, van a reforzar el municipalismo. ¿Por qué nos mienten? ¡Van a acabar con el! Que digan las cosas como son de verdad, ¿o es que no saben lo que decretan, o se creen que somos analfabetos? 


Es decir, que van a quitar concejales, de los que no cobran, en los pueblos, para que solo se queden los de los partidos mayoritarios. Pocos pero que cobrarán; porque si no, ya me dirán quién va a querer ser alcalde de pueblo (¿quizás por sorteo?). Porque la demagogia está bien. Pero la realidad se impone a la demagogia. Ahora, si los alcaldes y concejales de pueblo no tienen competencias y son mero florero para cuando vengan las fiestas y vayan con la faja a las procesiones y demás, como el ir a darle la vara al alcalde de Hijar, que tampoco será ya alcalde de verdad, para el Día del Pilón, está bien que no cobren, que ya fardarán y se pueden dar por bien pagados. Pero los alcaldes y concejales con competencia y dedicación cobrarán (deben cobrar). Digan lo que digan los que no saben lo que dicen.

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