En Samper de Calanda había brujas, según nos recuerda Alejandro Abadía París en uno de sus libros dedicados a la localidad, donde aborda la historia, las tradiciones y costumbres.
Señala que el antiguo castillo que se alzaba sobre el saliente de lo que hoy es el Centro Social abandonado "situada en el patio adjunto a la parroquia, llamado el Bodegal". Este binomio es conocido todavía como el Fuerte (y mas modernamente: el FOCAR.)
La tradición oral dice que el lugar estuvo habitado por las brujas, en un pasado impreciso, y cuando éstas morían eran enterradas en una fosa común fuera de la fortaleza, al pie de las tapias, bajo una puerta que llamaban de "Los Zarzales", situada al final del foso, lindando con la calle de los Marqueses.
En ese lugar siempre han crecido los artos, plantas espinosas que continúan proliferando en nuestros días, naciendo espontáneamente, sin dilación alguna. Según la creencia popular, el fenómeno se debe a que las brujas continúan allí y se manifiestan de esa forma, apareciendo de entre la tierra, cual si mostraran sus manos sarmentosas en busca de presas invisibles.
El caso es que los artos del Fuerte no se han extinguido desde tiempos remotos, y han sido vanos todos los esfuerzos para acabar con ellos. "Crecen, mueren y vuelven a renacer en su lugar de destierro". ("Son el espíritu de las brujas y hay quien dice que las han visto en persona". El subrayado es mío; las de la foto creo que las retrató Majano despues de comer tortitas de camarones con harina de garbanzos.)
Las defensas de la citada fortaleza fueron destruidas durante la guerra carlista, cuando Samper de Calanda sufrió el primer acoso por las tropas de Cabrera, el 13 de junio de 1837. Luego, un año después, nueve piezas de artillería abatieron los muros que aún se mantenían de pie
Fuente: "Güeb de Joaquín" y otros innvestigadores, dicen que copiada de Alejandro Abadía.
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