lunes, 20 de marzo de 2017

Comentario. Un modelo que ya no aguanta.

          No es solo que El Real Zaragoza, esté mal gestionado, que tenga mala suerte o los árbitros le castiguen; lo que le pasa al Real Zaragoza, es quizá la expresión mas aguda de una decadencia que afecta a todos los clubes de fútbol (perdón, empresas deportivas de balompié). Son un desatino; una ruina económica a merced de intereses extra deportivos. 

        El extraordinario fervor de masas que el fútbol produjo en la población desde que apareció a principios del siglo pasado, sobre todo en la masculina, porque a la mayoría de las mujeres les aburre el fútbol (nunca lo he entendido con lo inteligentes que son), se ha utilizado, primero, cara a desactivar la violencia entre fanatismos locales o, sobre todo, nacionales; lo cual no está mal. Después, por los diversos regímenes políticos. No solo los bananeros o fascistas, también los democráticos son buenos alumnos para desviar de la conciencia colectiva los problemas reales de la sociedad.
          El personal traga de una manera irracional el que a estos clubs o sociedades deportivas les condonen deudas mientras se cierran empresas y se recortan salarios. La cultura que emana del fútbol: agresividad, insultos, expresiones groseras, machistas, racistas... es lo normal, y se ha contaminado con toda esta bazofia al fútbol juvenil e infantil, alentado por una afición agresiva o, lo que es peor, por unos padres que animan a sus hijos a lisiar al rival, a hacer faltas, al juego sucio, porque "el fin justifica los medios", eso si; si lo hace el contrario, “hay que matarlo”. ¿Y los árbitros? ¡Todos vendidos! Que en los encuentros de élite aún se podría sospechar, pero en los de tercera o escolares..., “es que son tontos, inútiles, todos los árbitros”; cualquier profano sabe veinte veces mas de fútbol que un juez deportivo con título.

          No ocurre lo mismo en otros deportes, al menos a ese nivel, sean de élite, como el tenis y el golf, o populares como el baloncesto y el balonmano; el ciclismo, el atletismo y la pelota, o la petanca y la pesca con cucharilla, etc., que relajan como el yoga. Hay otros deportes que parece que se hacen mucho daño y ni se tocan, como el carate, la lucha libre o el judo; en este último hasta se disculpan si se hacen mal; eso es impensable que se pueda ver en un campo de fútbol.
          O ese deporte que solo entienden los yanquis, que tiran una pelota al de enfrente y echan a correr por las bandas, ¿a donde? ¿Para qué? Yo nunca lo he sabido ¡Si van sin pelota y no hay porterias ni nada! Pero disfrutan, no parece que se enfaden mucho; aunque ya sabemos lo simplones que son los yanquis, cuando se enfadan de verdad disparan, no se andan con remilgos.
          ¿Puede mantenerse el fútbol en una sociedad civilizada y moderna como la latina, por ejemplo? Yo creo que no como no sea con subvenciones y "rescates" a los clubes, aunque tengo que reconocer que el balompié es el deporte que más me gusta; los demás, algunos un poco. Pero, les falta algo; rasmia, mala leche..., gustan pero no conmueven ni encabronan como el fútbol.

          ¿Semos leones o güebones? ¡¡joder!!
Es el Real Zaragoza
el equipo de Aragón (menos de Huesca capital)
Aunque pierde y nunca gana
Zaragoza campeón.
Jota anónima. Estilo: "Y dile que no entro a verla".

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