¿Se acuerdan del proyecto aquel
de Gran Scala que iba a producir 75.000 puestos de trabajo en los Monegros y
nuestros políticos aragoneses se lo creyeron y se apuntaron raudos a la fila para
no perderse la orgía ludopático-putera de la que ya no se sabe nada?
No se sabe nada porque
aquellos empresarios no engañaban más que a los ingenuos o a los que se dejaban
engañar, con la “pinta” de taimados que tenían, y en cuanto al capital de su
empresa, era más bajo que el de un mileurista que está pagando hipoteca.
Luego vinieron otros que decían
que eran más serios y con “manteca”. Querían hacer un “paraíso fiscal”, no se
sabe si en la irredenta Cataluña o en la mesetaria comunidad de Madrid, que las
dos comunidades se la disputaban. Como no se ponían de acuerdo entre Madrid y
Cataluña pues las iban a hacer en las dos comunidades por empresas diferentes.
Más de 300.000 puestos de trabajo decían que producirían. Todos los que tenían
muchas fincas a urbanizar se querían apuntar al “pelotazo”; en Madrid, por
ejemplo, doña Esperanza Aguirre quería que fuera en sus terruños, como hizo con
la estación del AVE de Guadalajara, pero el señor Rajoy dijo que nones; desde
entonces que no se hablan.
De momento los emprendedores
americanos que querían dirigir el invento se pusieron a pedir financiación como
si fueran industriales con patentes y tecnología (Que de cuartos parece que
también iban ligeros). Pero, ¿Qué tecnología y que patentes se necesitan para
montar un puticlub con casinos aunque sea gigantesco? Si está todo ya
inventado.
Si hubiera dinero aquí no
haría falta que vinieran del extranjero empresarios sin empresas ni dineros;
¿tan tontos son nuestros emprendedores?
Querían también los padrinos
de la fiesta que allí hubiera excepción de las leyes laborales, que se
modificara la ley del juego hecha para combatir la ludopatía, y podrían ir
hasta los chicos. Que se hiciera la “vista gorda” a la explotación sexual y la
trata; que se dejara fumar en los establecimientos, sobre todo cigarrillos
americanos, después de lo que ha costado quitar este vicio de las tabernas, y
que hubiera exenciones fiscales para los emprendedores privilegiados que allí
invirtieran, que “ya pagaran contribución los del pueblo llano”. También
supongo que, como en las Vegas, cualquier Crupier podría casar divorciados y
pecadores sin amonestaciones ni preguntar el sexo que tienen, ni nada, etc. que
es lo mejor que tienen las corporaciones de estas características: que pueden
ser oasis liberales en medio de un desierto conservador.
Como si fuera una película
de Berlanga, pedían el dinero a los bancos para construir Euro Vegas Madrid y Euro Vegas
Catalunya ¡A nuestros bancos! Y que avalara el Estado ¡Nuestro pobre y
exprimido Estado!
Lo curioso es que esta
“Sodoma y Gomorra” contaban con el entusiasmo de los políticos “de orden y
respetables”. Seguramente no se acercarían por allí más que para las inauguraciones,
pues esos sitios son de pecado mortal de necesidad y llevan a la condena eterna
en las calderas de Pedro Botero.
La crisis económica
desbarató este disparate aunque algo se malgastó en encargos de proyectos y
lifaras varias; ni tenían dinero los “trileros”, ni tenían ya dinero las
Administraciones del Estado. Ya no se puede chupar más del bote y los bancos
están que confían menos en la tropa de lo que la tropa confiamos en ellos.
¿Porque lo saco a relucir
ahora que vienen las elecciones generales? Pues, porque cuando leo los
programas electorales y oigo los mítines de la mayoría de los partidos me
acuerdo de los cuentos de Gran Scala y las Euro
Vegas. De los nuevos partidos o de los que no han tenido oportunidad de
gobernar aún me los puedo creer, estrujo sus propuestas y algunas me suenan
también fantasiosas, pero a lo mejor
suena la flauta si son gente nueva y sobre todo espabilada. De los que se dejan
engañar con el tocomocho y el timo de la estampita ya podríamos saber lo que
pueden dar de sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario