sábado, 21 de enero de 2012

COMENTARIO: La derecha también está dividida; eso lo sabía don Manuel Fraga Iribarne que en paz descanse.


Serian los años a principio de los 80 del siglo pasado; la organización de extrema derecha, “Fuerza Nueva”, realizaba todos los años un acto de exaltación del fascismo en el pueblo viejo de Belchite. Incitado por la curiosidad, un año me acerqué a ver de qué iba toda aquella parafernalia pues me habían dicho que era de una estética muy peculiar, y así como algunos acuden al pueblo viejo de Belchite a recrearse con sus ruinas o con la mística de sus batallas, incluidas las sicofonías fantasmales de los combates o por ver si por allí aterrizan ovnis de extraterrestres, yo me fui a presenciar un acto más concreto y material aunque también anormal, como eran las paradas cívico militares de la extrema derecha española.


Fue el año que en las vísperas del acto de exaltación un legionario  veterano que hacía guardia ante la pilastra de los caídos nacionales, que está o estaba en el pueblo viejo, cayó  fulminado de un ataque al corazón; en plena guardia y en acto de servicio. Le hicieron un homenaje rimbombante, como no podía ser de otra manera.

Había mucha gente; de la comarca y de toda España. También algunos paisanos de Samper con uniforme y correajes que seguramente se preguntarían que hacía yo allí, aunque no me lo preguntaron; pensarían que simpatizaba con Fuerza Nueva. Tenía buenas relaciones con ellos pero no conocían mis ideas políticas pues era yo mucho más joven que ellos.

El acto más relevante fue la intervención del líder Blas Piñar; apareció con gran parafernalia, escoltado por dos filas de espectaculares chicas vestidas con uniforme de Fuerza Nueva, a la forma de lo que vemos en los documentales de Hiler, que Blas Piñar intentaba imitar en las formas y los ademanes.

Comenzó a pedir sin rubor la necesidad de un golpe de estado y a lanzar cíticas contra los políticos más relevantes de entonces; empezando por Santiago Carrillo, siguiendo por Felipe González y Alfonso Guerra; por Adolfo Suarez y otros líderes de UCD (también a don Hipólito injurió), y lo más curioso para mí, es que conforme bajaba en la escala hacia la derecha política, más lanzaba por su boca sapos y culebras, y al que dirigió más improperios y casi la mitad de su discurso fue para Fraga Iribarne. Además, cada vez que citaba su nombre el auditorio bramaba enardecido contra don Manuel.

Hasta ese día había pensado que don Manuel Fraga Iribarne y la Alianza Popular, conciliaban con fuerza Nueva. Después de ese día estuve convencido que si triunfaba un golpe de estado al primero al que habrían fusilado, y con saña, sería a Don Manuel Fraga Iribarne.

¡Qué injusta es la política! Que en paz descanse.

2 comentarios:

  1. SE FUE Y NO PIDIO PERDON

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  2. Se fue justo cuando se le iba a juzgar en Argentina, cuanto sabía don Manuel.

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