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Es
muy completo y docto aunque sencillo de leer, y decir de La Puebla de
Hijar en cuestión de “habla”, es como decir de Samper de
Calanda.
El
segundo, es el libro de Alejandro Abadía París, Titulado: “SAMPER
DE CALANDA, TRADICIONES Y COSTUMBRES”. todavía queda algún
ejemplar en la tienda de “Tomás”. Además de sus interesantes
artículos que nos hablan de tantísimos motivos; de nuestras
leyendas y costumbres, al final del mismo hay un interesante
vocabulario local.
Por
ejemplo, solo unos pocos: ababol, abarcar, abiar, abiaruelo, aciprenar, agora, aguarte; bación, badina, beturracio; cachuelo, carambelo, coda, colgallo; chaminera, charrar; dalla, desucau, diñar,
dorondon; emporcar, empentar, embastar, escobar; fajina, falcino,
farinetas, fardacho; garrofa, gralla; higote (antiguamente figote);
inte, intayer; jada, jorear, juagar; lambreño, lamin, lifara; llegar
(recoger), masadería; naide, nierbos, niquitoso, noguera (los áboles
se les nombraba en femenino), ñudo; orache, ospen; panolla, pansas,
puncha, purna; quera, quió; raboso rader, remugar;
sargantana, somarda, sorollar; tajugo, tarambana, trasegar; zaborra,
zenacho...
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