Catanies de Vilafranca |
Me gusta todo lo que tiene
que ver con los productos de calidad de origen y semiartesanales; no me importa
de dónde proceden pues soy internacionalista y no tengo manías patrioteras que al fin y al cabo con esto
sucede como con el futbol. ¿Por qué esa manía de mezclar la política con el
deporte o con la industria agroalimentaria? Por ejemplo; en Valencia puede
haber mucha corrupción política y empresarial pero se hacen muy buenos turrones.
¿Por qué los vamos a boicotear si luego se los compramos a los chinos que son más negreros que los valencianos y a saber lo que les ponen en vez de almendras. Eso sí, si otros me
ofrecen la misma calidad, garantía y, además, son más baratos, pues eso, me
paso que soy muy traicionero.
El final del “Año Viejo” lo pasé con
unos amigos catalanes, por si se independizaban y ya no me daba tiempo el ir
por aquellas bonitas tierras. Así me despedía. Pero parece que no; no vi nada
que se pareciera a ese tremendismo que se ve y se oye por los medios de
comunicación o, a lo mejor, es que mis amigos no están en esa movida.
Sin embargo en lo culinario tienen
costumbres sobrias pero como a mí me gustan: los cebollinos esos que asan con “jarmientos”,
el cocido que llaman escudella (supongo que el nombre vendrá de esculla, que decíamos
aquí), los caracoles, las judías “monchetas”, la escalibada (más simple no puede ser), la butifarra, sus embutidos
y curados, y su cava, que aunque no sea políticamente correcto que lo diga un
aragonés es el mejor aunque en el resto del Estado, que dicen por allí, se está mejorando.
Su confitura no es tan
conocida. Unos amigos que son de Vilafranca me regalaron unas almendras bañadas
en chocolate que tienen “usía” como diríamos aquí. Por eso las traigo a
colación. Busque en internet por ver si había documentación y sí que la había:
Joan trens i ribas |
Esta
dulce y tradicional elaboración de almendra caramelizada y cubierta de crema de
chocolate es la obra de un vilafranquí singular, el chocolatero Joan Trens i
Ribas.
Nacido
en Vilafranca el año 1877; su abuela Merçé Urgellérs era la heredera de Casa
Catani, casa paterna del vilafranquí calle de la Font que acabaría dando nombre
al más celebre de sus productos elaborados. Hombre de espíritu inquieto, el año
1904 será nombrado el primer presidente del histórico club de fútbol
Vilafranca, deporte que había promocionado en la capital del Penedés el
comerciante suizo Emilio Berger que emparentaría con una rama de la familia
Trems.
Del
carácter social y culturalmente inquieto de Joan Trens es igualmente una buena
referencia su participación en diversas juntas directivas de la vilafranquina
sociedad La Principal, entidad que presidió en su momento histórico más
relevante, entre 1931 y 1932, años en los cuales promovió el patronato de
cultura dentro de la entidad y también la nombrada cultura de la mujer que
organizaba cursos y actividades para la formación de las chicas.
Dedicado
profesionalmente al oficio de chocolatero, artesanía de la cual se formaría en
Barcelona, su chocolate a la piedra obtendría reconocimiento y su
establecimiento de la calle de la Font un buen renombre, en una casa con
relieves en la fachada alegóricos al cacao y a los cereales, y con una cerámica
que recuerda las cocas y el chocolate desecho, obras del artista gerundense,
Jaume Busquets que sería emblemático durante prácticamente todo el siglo XX en
el Penedés. Como anecdota curiosa podemos mencionar que para moler el cacao y
hacer girar el mezclador de chocolate hacían bajar a un burro al subterráneo
del obrador. La pobre bestia consumía sus días dando vueltas a la noria
(malacate) pero ya no volvería a ver nunca más la luz del día.
En
la mesa de mármol que presidía el obrador de su establecimiento el espíritu
inquieto de Joan Trems (también conocido popularmente como el “Catani” de
acuerdo con la denominación familiar), hacía con frecuencia probaturas y
experimentaba variedades de elaboración. De una de estas nacería la idea de
caramelizar una almendra y cubrirla con chocolate: había nacido las que ahora son
las Catanies Vía, aunque primeramente se
comercializaron con otros nombres.
Aunque
la denominación que le daría finalmente fama sería la de su punto de origen: el
producto de Casa Catani, las almendras caramelizadas cubiertas de una crema y
polvo de cacao. Elaboramos las Catanies Vía siguiendo la formula original
creada por Joan Trems. De esta manera se
han convertido en un producto característico y único en el mundo de la
chocolatería catalana, la más célebre y deliciosa laminería del Penedés.
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Aquesta dolça i tradicional
elaboració d'ametlla caramel-litzada i coberta de crema de xocolata es l'obra
d'un vilafranquí singular: el xocolater Joan Trens i Ribas.
Nascut a Vilafranca l'any
1877, la seva avia, Mercé Urgellés, era la pubilla de cal Catani, casa pairal
del vilafranquí carrer de la Font que acabaría donant nom al mes célebre dels
seus elaborats. Home d'esperit inquiet,
l'any 1904 Ribas esdevindrá el primer president de l'históric Club de
Fútbol Vilafranca, esport que havia promogut a la capital del Penedés el
comerciant suís Emili Berger, qui emparentaría familiarment amb una branca de
la familia Trens.
Del carácter social i
culturalment inquiet de Joan Trens n'és igualment una bona referencia la seva
participació en diverses juntes directives de la vilafranquina Societat La
Principal, entitat que va presidir en el seu moment historic mes reeixit, entre
1931 i 1932, anys en els quals va promoure el Patronat de Cultura dins de
l'entitat i també l'anomenada Cultura de la Dona que organitzava cursos i
activitats per a la formació de les noies.
Dedicat professionalment a
la labor de xocolater -artesanía de la que en faria l'aprenentatge a
Barcelona-, la seva xocolata a la pedra obtindria reconeixement i anomenada i
el seu establiment al carrer de la Font -en una casa amb esgrafiats a la façana
al-legórics al cacau i als cereals, i amb una cerámica que recorda les coques i
la xocolata desfeta, obres de l'artista gironí Jaume Busquéis- esdevindria
emblemátic durant prácticament tot el segle XX al Penedés. Com anécdota curiosa
podem esmentar que per moldre el cacau i fer tombar el mesclador de la xocolata
feien baixar un rúc al soterrani de l'obrador. La pobra bestia consumía els
seus dies tombant a la sínia pero ja no tornava a veure mai mes la llum del
día.
A la taula de marbre que
presidia l'obrador del seu establiment, l'esperit inquiet d'en Joan Trens -també conegut
popularment com el Catani, d'acord amb la denominació familiar- feia sovint provatures i experimentava varietats d'elaboració.
D'una d'aquestes en naixeria la idea de
caramel-litzar una ametlla i cobrir-la amb xocolata: havien nascut les que ara
son les Catánies Via, tot i que primerament es van comercialitzar amb altres
noms. Tot i aixó, la denominació que li donaría fmalment anomenada seria la del
seu punt d'origen: el producte de cal Catani, les ametlles caramel-litzades
cobertes d'una crema i pols de cacau. Elaborem les Catánies Via seguint la
fórmula original creada per Joan Trens. Així han esdevingut un producte
característic i únic en el món de la xocolateria catalana, la mes célebre i
deliciosa llepolia del Penedés. J.S.B.
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