lunes, 11 de diciembre de 2017

Charrada. Por fin vienen los bienes.

Lo de los bienes de Sigena se nos está presentando como una confrontación entre Aragón y Cataluña; entre el “España nos roba” y el “egoísmo ramplón de los catalanes”, pero tiene mucha más enjundia, pues si te paras a analizar y conocer la historia del asunto, vas viendo que la cosa tiene ribetes de novela negra y grotesca:

Las monjas vendieron, sin permiso del Patrimonio Nacional, los dichosos bienes (o de la DGA, si ya tenía las competencias Aragón). Habría que ver si en aquel momento era bienes de la iglesia o no (que no está claro). Tampoco tenían el permiso del Vaticano. Los que compraron los bienes, o sea, la Generalitat (no los catalanes), sabían que era una operación mercantil fraudulenta y por lo tanto no válida, que para ser una institución del Estado tiene delito. Tambien tenía delito la venta “en negro" de las monjas. Todo el mundo conocía el caso, desde hace años, por la divulgación que ha tenido en los medios de comunicación desde hace tiempo y las reclamaciones efectuadas desde Aragón.
La Iglesia sabía de la ilegalización de la venta, Hacienda también lo sabía, la Generalitat, la DGA y el Gobierno de España lo mismo. Nadie hacía nada, ni la fiscalía, de oficio, ni la inspección. ¿Se esperaba que prescribiera la cosa?, pues en este país todo va muy lento para que prescriban los delitos ¿Dónde está el dinero, los 106 millones de aquellas pesetas? No solo el dinero de Roldan desaparece, aquí no aparece nada de lo robado o defraudado.
¡Que tuyo…, que mío…! Pero ¿de quién son las obras de arte?, ¿del Vaticano, de la DGA, de la Generalitat, del Estado Español, de la U.E…, mías no son, lo juro. Lo digo por si me hacen pagar por su mantenimiento ahora que nos las han devuelto.
Supongo que no habrá que devolver el dinero a los que las compraron pues lo adquirieron ilegalmente, pero todo podría ser. La Generalitat tienen la obligación de devolverlas, pero lo mismo hay que restituirle el dinero que pagarón (después de que pague una multa, pues todavía sigue el recorrido judicial), y no creo que lo hagan las monjas que igual lo han donado a la beneficencia.

Esto no acaba aquí; seguro que la DGA saca un impuesto nuevo como el ICA. Y la Generalitat otro para pagar la multa por comprar ilegalmente sin respetar la Constitución ni las leyes ordinarias. 

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