En los primeros
tiempos de la Ruta del Tambor y Bombo, me llamaba la atención el discurso de
exaltación, excesivamente excelso, centrado en presentar el toque del tambor y
el bombo como una penitencia desgarradora parecida a la de los disciplinantes
fundamentalistas. Nada más lejos de la realidad. Aun se suele utilizar, a
veces, un discurso pseudoreligioso, totalmente retórico, dirigido no a las
almas piadosas o pecadoras sino a la clientela turística.

En las Semanas Santas
de los últimos años he leído en los medios de comunicación, en prensa o
digitales, cosas sin aparente sentido como estas:
Una que aprovecha para la denuncia social; se publicó
en un conocido periódico regional hace unos dos o tres años: “Es una tradición espectacular. A las doce del
mediodía de hoy, miles de bombos y tambores comienzan a sonar en Calanda. Ya
anoche pasó lo mismo en Alcañiz, en Samper, en Urrea...Este año suenan por las
víctimas del 11-M, por las víctimas de la invasión ilegal de Irak, por los
muertos por el hambre, por las guerras olvidadas. Es el dolor de un pueblo por
el dolor del mundo. Por tantas situaciones injustas. Como el maltratador que ha
sido absuelto por hacerlo sólo en vacaciones. Como los muertos en Chechenia.
Los muertos en Irak. En Somalia. En Ruanda. Que el estruendo llegue a los oídos
de quien tiene que oír. No suele pasar, pero a lo mejor esta vez, sí. Quien
sabe”.
Si actualizan el discurso podrían poner lo de la corrupción

de romper la hora, se formaba hacia las cuatro de la mañana: aquella sí que era una procesión extática a la que íbamos cuatro gatos, o al amanecer, rondando, cuando había bebido un poco. Ahora como la procesión se hace enseguida y es populosa…; no cato la mistela y rondo poco…; ya no vivo esta semana Santa Mística, aunque si la emocional; solo “se me ponen los pelos de punta”, que dice alguna gente, pero eso no es éxtasis, eso es mera turbación que no llega al trance.

También nos da la oferta hospedera; yo
añadiría el ternasco y los quesos, que casi siempre se los dejan.
Pero el sentir más elaborado en la prédica,
sin duda, es el que nos ofreció el cineasta Catalán (enamorado de Aragón) Bigas
Luna (que en paz descanse), como la que dio de pregonero de la Semana Santa del
Bajo Aragón en Albalate del Arzobispo, en el año 2003. Excéntrica, vitalista, desquiciada
y algo surrealista como casi todas. Ahí la pongo recogida del folleto de La
Ruta del Tambor y Bombo del año siguiente:
“A la mística del tambor: A los que creen y a los que no creen”.
Tambor de Cristo Tambor pagano,
Tambor de sangre, Tambor de pandereta
Tambor que me unes a esta tierra
De jamones, de emociones
De hierbas, de piedras
De migas, de borrajas
De corderos, de ajos
Y de gentes de verdad.
Me gusta esta tierra
De la franja a Calamocha
Del Jaume y la Montse en Horta con sus paellas
A José Luis en Calamocha con sus jamones
Y yo me quiero bañar
En el mejor aceite de Alcañiz
Y quiero bailar con los olivos de Hijar
Y me quiero empachar
Con los melocotones de Calanda
Teruel no solo existe sino
que será
La primera provincia ecológica de Europa
Porque está limpia, no la ensuciaremos
Porque la queremos
Porque nos enamora
Porque tiene la tierra roja, porque es verde
Limpia y bella
Albalate del Arzobispo, Urrea de Gaén, La Puebla de Hijar
Samper de Calanda
Y la mística del tambor
El silencio es el original, la palabra la copia
La verdad, es la del tambor
El tambor habla, el tambor grita
Y el tambor protesta
Y me uno a las protestas del tambor
Y protesto
Por la guerra
Por el colesterol
Por la cuenta del teléfono
Por el dolor de los que quiero
Porque nos gusta la vida y no nos queremos morir
Porque queremos vivir en paz
ricos y pobres de la tierra
comiendo y durmiendo
Que nos dejen oír el canto del gallo
El dolor de la tierra
quiero tener un burro
y quiero ver a Teruel siendo una de las provincias más
interesantes de Europa
y no quiero oír más malas noticias por la noche
ni más dolor
ni más locuras
Viva todo, las verduras, el vino el colesterol,
Los triglicéridos, y la madre que nos parió
Viva los tambores de Calanda
Los de Hijar, los de Alcorisa
Los de Andorra y los del Arzobispo
Viva ese tambor
Que lo explica todo con su ruido
Con su fuerza y con su sangre
El silencio es el original, la palabra es la copia
Y el tambor lo explica todo
Queremos a Dios aunque no exista
Nos levantamos místicos
Y nos vamos a dormir paganos
Como el tambor
Creemos en Dios y en la madre que nos parió
Y también no creemos en nada
Ni en Dios ni en la madre que nos parió
El tambor lo explica todo
Y el que no lo entienda
Que lo toque y que le dé más fuerte
Que le de muchas horas
Que seguro que lo va a entender
Y si aun así no lo entiende
Que no se preocupe, que esto cura
Tanto a los que creen
Como a los que no creen.
Viva la fiesta de la Ruta del Tambor y Bombo.
Bigas Luna
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