Ocurrió en Italia según cuenta IL CORRIERE DELLA SERA; la fiscalía pidió
30 años de prisión a un hombre que mató a su mujer y el resultado en el juzgado
de Génova la deja en 16 (que con los recortes se quedarán en cinco). Por los
atenuantes. Observen esos atenuantes que explica la sentencia: el hombre "había
actuado con una mezcla de ira y desesperación, por una profunda decepción y
resentimiento" puesto que su pareja le había "engañado y
desilusionado".
La apuñaló solo 24 veces. Poco me parece a mí para tan alta traición. Al
amante de la mala mujer, que supongo que sería hombre, debería haberlo matado
también por contribuir a la felonía, ¿habrá intentado el ofendido, agredirle
también o batirse en duelo como hacían los románticos? ¿Si hubiera matado al
adúltero amante, habría tenido atenuante por haberlo asesinado? pues “le había
puesto los cuernos” que es el delito más grave que existe.
El duelo está prohibido actualmente, pero era un medio de conciliación
entre partes, aunque a veces salía el ofendido peor parado (y moría el ofendido
que ya es mala pata, aunque con honor) y por eso quitaron los duelos, que ya no
hay honor.
En este caso que nos ocupa, es posible que conociendo a los italianos (y
a las italianas), al amante le hagan un homenaje y al cornudo una película de
risa para aumentar todavía más su desesperación y pena. Peor que la cárcel es
eso.
Hay hombres engañados y decepcionados, arrastrados por una mezcla de ira
y desesperación, por una profunda decepción y resentimiento, que, a pesar de
ser ellos también adúlteros reincidentes como gran parte de los varones (puteros,
sobre todo), son capaces de matar por infiel a su mujer y perdonar al amante, o
no batirse en duelo como los hombres de verdad, y “el que más pueda que se la
lleve” (no la mujer, sino el honor perdido).
Se están perdiendo los valores.
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