sábado, 16 de diciembre de 2017

Noticia. Cientos de personas acudieron ayer a las capillas ardientes de los tres asesinados. Sus cuerpos llegaron a las nueve a Andorra y Alcañiz.

El Bajo Aragón Histórico sigue consternado y el dolor permanecerá siempre entre los vecinos. Impotencia, lágrimas y abrazos sinceros e interminables inundaban ayer las calles de una tierra que, aunque está acostumbrada a duros golpes por la falta de oportunidades y el abandono político, nunca podía imaginar una tragedia de esta magnitud. Las familias y amigos de los tres asesinados el jueves por la tarde en el mas del Saso de Andorra vivieron ayer uno de los peores días de su vida.

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