viernes, 5 de agosto de 2016

Charrada. Subvenciones concedidas sin control ni criterio.

Factoría falsa de calabaza
Tres empresarios sin empresa lograron en los años 2010 y 2011 subvenciones y créditos públicos por valor de dos millones setecientos mil euros que ya no han sido recuperados. Proyectos fabulosos, como la construcción de coches eléctricos con enchufe pero sin cargador ni batería, trayectorias dudosas y una absoluta insolvencia económica por parte de sus promotores no fueron obstáculo para que diversos organismos del Departamento de Industria del Gobierno de Aragón y el propio Ministerio de Industria se mostrasen particularmente generosos con ellos.
Uno de dichos organismos, el Instituto Aragonés de Fomento (IAF), ha pretendido salvar la cara en estos casos, argumentando que, una vez concedidas las ayudas o préstamos, sus controles detectaron la inactividad y el desvío de fondos por parte de los beneficiarios, por lo que les reclamaron el reintegro (hasta luego Lucarr...).
La provincia de Teruel a la cabeza de las provincias timadas por la subvenciones fraudulentas y el Instituto Aragonés de Fomento entre los más tontos de España. Según las encuestas realizadas por los bares de Zaragoza.

El inspector Hércules Poirote, enviado por la Intepol para investigar, ha abandonado el caso porque no le pagaban.




Jamones de cartón-piedra fabricados en China que intentaban pasar el control de la "D.O. de Teruel". Afortunadamente no pasaron porque la magra estaba como acartonada.

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