sábado, 30 de abril de 2016

Comentario. En la democracia se hacen las elecciones que hagan falta.

         
Diputados trabajando
Cuando fui a residir al barrio zaragozano del ACTUR, allá por el lejano año de 1985, me encontré con que había recabado en una comunidad de vecinos tres veces mayor en número de habitantes que mi pueblo; con tres manzanas de viviendas que agrupaban nueve bloques de pisos. La mayoría, por no decir todos los que íbamos al nuevo barrio, veníamos de ocupar viviendas mediocres de barriadas de tercera categoría de la ciudad, pero con pretensiones de grandes expectativas de aumento de la calidad de vida y de ascenso social aunque pertenecíamos casi todos a movimientos sociales de la izquierda (como en la mayoría de las otras comunidades de propietarios), afiliados a las asociaciones de vecinos y, sobre todo, a los sindicatos.

          Arribé por allí un año más tarde que el resto de los vecinos y una de las movidas que se dieron por el barrio, poco antes de llegar yo, fueron las manifestaciones en contra la ubicación de unas viviendas sociales a gitanos; no dejaba de ser paradójico que vecinos de Zaragoza que accedíamos a ayudas y subvenciones privilegiadas a través de cooperativas, promocionadas por los sindicatos, para obtener viviendas adecuadas a los tiempos en los que vivimos y como alternativa a la especulación urbanística, nos opusiéramos de una manera tan brusca y bronca (violenta, incluso), a erradicar el chabolismo marginal y miserable que un buen intencionado y católico alcalde socialista, como el señor Ramón Saiz de Varanda, se había propuesto llevar a cabo.
          No solo estaba movilizada la parte de la ciudadanía que era base social de la izquierda que había votado a ese alcalde, creo que IU apoyó su investidura; la derecha aprovechaba que el Ebro pasaba por Zaragoza para
Sainz de Varanda
enardecer a las masas a través de los medios de comunicación y las asambleas del barrio, a pesar de que, como digo, “El Varanda” era un hombre piadoso y se había propuesto dar un cumplido recibimiento en la Inmortal ciudad al Santo Padre, creo que por aquel entonces Juan Pablo II “El Boitila”, para más señas. El sindicato de taxistas de Zaragoza, de “extrema derecha” como ese de “Manos limpias”, también estaba a la vanguardia de las movilizaciones contra el alcalde porque este quería aumentar las licencias. Actualmente con la derecha neoliberal, cualquier día liberalizarán el taxi y podrán llevar viajeros hasta los de la” fregoneta”, que vamos camino de la modernidad (no tardaremos en verlo).
          La plataforma de madera que el Ayuntamiento construyó cercana al barrio como balcón o platea para recibir al Papa fue hecha añicos por la población. Vergüenza me dio ver a compañeros míos con herramientas de
J.Pablo II
trabajo para ese menester y gritando consignas contra los chabolistas a los que les facilitaron vivienda en el barrio. El anticlericalismo y la xenofobia hacia los gitanos o moros es un sentimiento muy arraigado en el pueblo español y aledaños y es muy manipulable por quienes quieren que la rabia no les salpique a ellos (los culpables de verdad de las crisis), que están tranquilos y parapetados en sus residencias caras o con el yate disfrutando.
          Otros a quienes se orienta la fobia, si es menester y la cosa va a peor, como es ahora, son los políticos. Pronto los colgaremos a todos, y no es que algunos no se lo merezcan, pero solo son representantes nuestros, expresión reducida de lo que es la sociedad, por lo tanto también fácilmente maleables y, a veces, incapaces de comprender la realidad y las contradicciones de una sociedad tan compleja y diversa, con intereses muy enfrentados y con frecuencia antagónicos, sean estos de tipo económico o de ideas, y en los que las emociones y el sentimiento pasional suele tener más peso que la razón. El sentido común más vale dejarlo aparte porque eso no existe o cada uno tenemos el nuestro.
          Lo vemos ahora, con motivo de que los partidos no se ponen de acuerdo para formar gobierno; podemos ver, oír y leer la moralina de la prensa, de los tertulianos bien pagados de la radio y la televisión por ese motivo. No sé ustedes, pero yo no voté a una opción partidista para que se pusiera fácilmente de acuerdo con las demás. Eso es de pusilánimes, gentes sin ideas o tarambanas. En este país, donde las grandes fortunas se llevan el dinero fuera para no pagar impuestos y donde una tercera parte de la economía es “sumergida” y “en negro”, ese gasto es una anécdota; una minucia.

          Si queremos que se acabe la corrupción, se imponga la trasparencia, se pare y revierta el desguace de la caja de pensiones, no se vaya a más con los recortes en la Sanidad y se lleve a cabo la “Ley de la Dependencia”, nuestros
¡Hala a Kas-ka-la!
políticos deben ser honestos, duros como piedras y reñidores, muy reñidores; no en el sentido literal, pero ya sabemos eso de que "la paz es la guerra por otros medios". Y pagarles conveniente, porque ese no es el problema, el problema es que se dejan “untar” o hacen “la vista gorda”, cuando están para controlar al gobierno, a las instituciones públicas y a las corporaciones privadas. Y si tienen que trabajar y arriesgarse a que les vaya peor si tienen que hacer, no una, sino diez elecciones, que se arriesguen. Pero que trabajen, que para eso se les paga.

1 comentario:

  1. Cuando hable usted de un tema como o dice todo o no diga nada sobre los gitanos , taxistas , ayuntamiento , etc etc etc

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