sábado, 10 de octubre de 2015

Comentario. ¿Los cabezudos de Zaragoza un mal ejemplo para los niños?

          ¿Cómo no íbamos a salir tan mal educados, tan viciosos, tan groseros o tan chovinistas los que ahora peinamos canas, si de niños nos educaron con cabezudos como el morico, el negro, el napoleón, la baturra u otros personajes populares que nos encorrían con la verga por la calle y a los que les reíamos, cantábamos coplas o refranes poco virtuosos? A decir verdad, solo los gigantes, tan serios, tan austeros y tan dignos y monárquicos, deberían conservarse de la icono-grafía fiestera infantil.

          La idea esa de que los cuentos o juegos de la infancia conforman el carácter y la ideología de los futuros adultos está muy arraigada en nuestra sociedad (al menos en las élites culturales y educativas). Tiene su tradición. La “superestructura ideológica de la clase dominante (o de los de arriba, que se dice en román paladino), siempre intentó enajenar a la gente y nada mejor que hacerlo desde la infancia que es donde se forma y modela la personalidad del futuro adulto. O eso se creía. Porque luego vemos que cada generación se diferencia de la anterior en ideas y valores a pesar de haber sido educada con pautas y métodos precedentes. Es decir, que los hijos e hijas de su padre y de su madre se pasan por el “Arco del Triunfo” las enseñanzas y valores de sus padres; no digamos ya la de la de sus abuelos.
          El Nacional-catolicismo que sufrimos algunos, nos intentó educar en la disciplina integrista de la Iglesia Católica con los pobres resultados que todos conocemos; los fundamentalistas mahometanos quieren hacer lo mismo, con métodos brutales y muy expeditivos; las futuras generaciones de esos países y sociedades musulmanas serán anti-fundamentalistas. “Es la ley del péndulo”; las leyes de la dialéctica, sea esta idealista o materialista, son las únicas que siempre se cumplen.
          Cuando era pequeño y por fin proyectaron en Samper la película “Gilda” en el “Cine de Espés”, me sacaron del local porque vinieron, no se que autoridades, a sacarnos a los menores, pues era la película de “3Rs y con reparo”. Cuando ya de mayor la vi en una reposición en Zaragoza me defraudó, solo se quitaba los guantes, la tal Gilda. ¡Me dejaron frustrado para toda la vida por una tontada! Por cierto, ahora la prohibirían por que se fumaba o le quitarán, empleando la tecnología digital, los cigarros y el humo. Recuerdo que en las “cintas de romanos”, las mujeres, cuando se quitaban la ropa, llevaban sujetadores que no se llevaron hasta el siglo XX, y aún ahora a ningún hombre se le ve el pene (no se si se habrán dado cuenta), lo cual me parece bien porque así me evita el hacer comparaciones.
          El concejal de Cultura de Zaragoza señor Rivarés, ha dicho que le ha hecho caso a la opinión de asociaciones tan respetables como la Asociación de Lucha Contra el Cáncer y otras de carácter cívico y sanitario. Así, el nuevo cabezudo de la cigarrera, llevará el cigarro cuando esté en el Ayuntamiento en exposición (que ya veremos), pero cuando encorran a los zagales no lo llevará; sin embargo, si otras asociaciones y una ciudadanía mayoritaria opina lo contrario, pues, que se lo pensarán. Tampoco es tan importante -ha dicho- y con razón ¡Como si tuvieran pocas mandangas con las que lidiar o batirse en los plenos, el nuevo gobierno municipal de Zaragoza, estando en minoría mayoritaria!
          Seguramente que “Oregón TV” le saca partido al tema. 

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