Comentario. Las cosas no son siempre como nos parecen.

A los que más trabajan, menos ganan y producen
alimentos les dicen que viven de subvenciones.

Yo por ejemplo todavía estaba estancado en mis viejos criterios y prejuicios sobre la productividad y laboriosidad de algunas regiones españolas del norte y Levante, y las improductivas y ociosas regiones del centro y del sur (a las que se podían incluir Galicia y Aragón). De la laboriosidad y productividad de la clase obrera, los profesionales y la burguesía de las primeras y la improductiva de los trabajadores incultos, fuleros o cazurros de las segundas; además de la inexistencia, en estas últimas, de unas clases medias laboriosas.

Pero a veces, nuestras visiones están ya obsoletas, La cosa está cambiando; vivimos de realidades de otras épocas y nos resistimos a cambiar el cliché. Lo mismo les pasa a la intelectualidad y a los periodistas creadores de opinión. Sin embargo la realidad cambia; ya no tenemos el norte industrial, emprendedor y laborioso que confrontaba con un sur baldío y retrasado como el que nos dibujaba “Puerto Hurraco o la película de “Los Santos Inocentes”.

Es desolador, si nos adentramos sin prejuicios en la economía de algunas regiones norteñas y antes pujantes o adelantadas como Asturias o Cataluña, el comprobar como han ido destruyendo de esos territorios su tradicional industria manufacturada o de la pesada y de su minería; del alto paro en estas comunidades, de la decadencia de su agricultura y ganadería, del estancamiento de su industria agropecuaria (salvo honrosas excepciones), de como sus élites han cambiado los sectores productivos por los financieros, sacando, los más ricos de esas regiones, las empresas y el capital al extranjero y si puede ser a paraísos fiscales. Como solo invierten en sectores no productivos y especulativos.

Sin embargo se sigue diciendo que Extremadura, por poner un ejemplo, viven de las subvenciones y se pasan todo el día en el bar “jartándose” de cazalla y zurrapa. Y ya puedes decir que las estadísticas nos dicen lo contrario que la opinión publica y la oficial de las regiones o grandes ciudades “productivas y laboriosas” como Madrid o Barcelona, no nos van a dar la razón.

Pero yo insisto: Extremadura es la región española donde más arroz se cosecha (más que la Valenciana), la que produce el 96% del tabaco en rama nacional, la primera productora de corcho, la primera de tomate (más que la Rioja), la primera de higo, soja y frambuesa, de carbón vegetal, de cereza, de fruta de hueso; la segunda productora nacional de olivo y derivados (después de Andalucía), y de maíz; la cuarta de avena, la sexta de trigo, la séptima de cebada, líderes en uva... Conseguir todo eso desde la barra de un bar es un milagro de primera magnitud.

¡Y qué decir de la ganadería! Primera comunidad autónoma de España en cría de porcino extensivo y en producción de carne de cerdo ibérico, primera criadora de ovino y de reses bravas, tercera de bovino y de caprino y líderes en equino. ¡todo eso sin salir del bar! No me digan que no tienen mérito los extremeños. Y todo eso para que lo puedan comer bueno, bonito y barato los señoritos de las ciudades y de las regiones trabajadoras y laboriosas.

Señoritos que también salen al bar a criticar a los andaluces y extremeños porque estos ejercen (sin sentimiento de culpa) su derecho a ir al bar y divertirse. Por cierto, no he visto a ningún andaluz o extremeño el criticar a los trabajadores de otras regiones por divertirse o ir al bar a pesar de que las comunidades de Madrid, Euskadi y Cataluña son las que más gastan en ocio, diversión y saraos.