2 mayo, 2015
Yo soy de otro tipo fútbol. Soy de un fútbol que se fue para no volver.
Soy de un fútbol antiguo, donde los mercados y el dinero no lo intoxicaban todo.
Soy de un fútbol donde las botas de colores eran la excepción y los árbitros vestían de negro. Soy de futbolistas que juraban amor eterno a sus clubes y nunca se iban.
De porteros de leyenda, como Arconada, Urruti o Esnaola.
De equipos grandes pero humanos, que solían perder con los equipos pequeños de cuando en cuando.
Soy de un fútbol de liga los Domingos a las cinco y de partido televisado el Sábado por la noche. De quiniela echada los Viernes y comprobada el Lunes en el periódico de siempre, en el bar de las eternas discusiones, donde todos somos entrenadores de primera.
Soy de un fútbol de entradas baratas, de porteros que picaban el carnet y no de tornos automáticos. De derbis para ir al partido con tus hijos sin problemas de grupos ultras de nazi organizados. De descansos de botas de vino, bocadillos de tortilla y de tabaco y pipas para los nervios.
De torneos de verano con campos llenos, de transistores pegados a la oreja, de marcadores manuales y no electrónicos, del mejor balón del mundo, el Tango Adidas y de diseños de camisetas eternos.
De dorsales del uno al once, donde el uno era el portero, el cinco el líbero, el nueve el delantero centro y el diez…el diez era Dios vestido de futbolista.
¿Quién necesita el trece, el veinticinco, el dieciocho o el veintidós?
Del Sevilla jugando fuera de rojo, el Madrid de morado, el Barça y el Atlético de amarillo y azul… de Las Gaunas y El Sardinero, del Molinón y el Tartiere, del Sadar y Castalia, de Sarriá y de Atocha.
De entrenadores legendarios como Manolo Cardo, Arsenio Iglesias, Miguel Muñoz, Luis Carriega y Javi Clemente; de don Luis, el Sabio de Hortaleza.
Fútbol donde el partido valía dos puntos y no tres, donde el futbolista no era un atleta si no un genio, donde los ídolos eran jugadores de la casa y podías verlos en cualquier sitio, porque eran gente normal.
Fútbol del de antes, donde un balón en blanco y negro y veintidós hombres, era todo lo que uno necesitaba…
Juanlu Rodríguez.
Todavia queda alguno que me haga compañia en esta aficion del FUTBOL, asi con mayuscukas pero del futbol autentico ,no este comercio de personajes y personajillos mafiosos y donde la prensa nos lleva y tae hacia donde le conviene o hacia donde mas publicidad le contratan.LOS HORARIOS una locura como las camisetas . Los contratos una inmoralidad en la situacion en que nos encontramos y encima casi todos pagados en bancos NO españoles,asi durante la ida y vuelta algo "caera por el camino. Lo dicho aficionado pero de los de antes.
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